Actualizado 16/02/2017 16:10

Aumentan las tensiones entre las partes de la huelga de la mina chilena Escondida

Huelga trabajadores mina escondida Chile
STRINGER . / REUTERS

   SANTIAGO, 16 Feb. (Reuters/Notimérica) -

   Las posiciones entre la compañía encargada de la mina chilena de Escondida, el mayor yacimiento de cobre del mundo, y sus trabajadores sindicalizados se mantienen por ahora distantes para lograr un nuevo contrato colectivo, con duras acusaciones cruzadas en una huelga que ya cumple una semana.

   Más allá de aspectos normalmente antagónicos, como el bono de término de negociación, el gremio de más de 2.500 operarios acusa a la minera controlada por la gigante global BHP Billiton de querer rebajar beneficios y buscar diferenciar a los trabajadores nuevos de los antiguos.

   Ante la última oferta presentada por la empresa en enero, el sindicato presentó 16 observaciones que, bajo su consideración, menguaban conquistas históricas.

   En tanto, la firma, como casi la totalidad de las mineras, ha estado concentrada en planes de contención de costes debido a la debilidad que enfrentó el precio del cobre y que llevó a recortes de personal y disminución de operaciones en toda la industria.

Escondida sostiene que la propuesta presentada agrupaba el resultado de la negociación iniciada en diciembre, "manteniendo la estructura de salarios, beneficios y compensaciones, tales como el 100 por ciento de cobertura de salud para los trabajadores con contrato vigente con la empresa y la incorporación de nuevos beneficios sociales".

   En este marco, a pesar de que ambas partes han asegurado que están dispuestas a dialogar, la invitación del Gobierno a una reunión para tratar de reactivar las negociaciones permanece en espera.

   "Primera vez en mis 23 años aquí que veo una posición tan cerrada", comentó a 'Reuters' el portavoz del sindicato, Carlos Allendes.

   Incluso el bono de cierre de negociación refleja la disparidad actual. Mientras el sindicato aspira al equivalente de unos 38.000 dólares por trabajador, la oferta de la empresa fue de unos 12.000 dólares.

   Hasta ahora, el sindicato ha sostenido que para restablecer las conversaciones la empresa debe garantizar al menos la igualdad de beneficios para todos los operarios y el respeto a los descansos, mientras que la firma no ha revelado sus requerimientos mínimos para volver a la mesa.

   Los trabajadores sostienen que la oferta actual elimina el beneficio de indemnización por renuncia voluntaria, funde bonos de producción con otro de resultados excepcionales y se anula el pago de registro de asistencia mensual, además de afectar el sistema actual de descansos.

   No obstante, el punto más controvertido es la diferenciación de beneficios entre operarios nuevos y antiguos, que los agremiados dicen busca bajar el piso mínimo de negociación para los siguientes procesos a la luz de la entrada en vigencia en abril de una reforma laboral.

   Según el gremio, los trabajadores que llevan menos tiempo no estarían cubiertos por el actual sistema de salud, no tendrían beneficio de asignación de vivienda ni bono de antigüedad, entre otras prestaciones. Además, el contrato tendría una duración de 48 meses, un año más del máximo contemplado para las nuevas negociaciones.

   Por ello, los sindicatos temen que estas diferencias se utilicen para fraccionar la fuerza del grupo.

   Escondida, que produjo poco más de un millón de toneladas el año pasado, está ubicada en el Desierto de Atacama, a unos 3.100 metros sobre el nivel del mar y 170 kilómetros al sureste de la portuaria ciudad de Antofagasta.

En 2006, los trabajadores de Escondida realizaron una huelga de 26 días que obligó a la empresa a declarar "fuerza mayor". La paralización dañó la producción de la compañía e hizo subir los valores de la materia prima.