MADRID, 3 Jul. (Notimérica/EP) -
Subir a un avión puede conllevar más de una fobia para algunos. Desde el miedo a viajar por los aires hasta perder la maleta. Lo que nadie se espera es que mientras se sienta tranquilamente hasta llegar a su destino, en un medio aereo se produzca una inundación.
Este ha sido el caso de un avión de Qantas Airlines que viajaba en dirección a Melbourne, y a la hora escasa de haber partido, tuvo que volver hasta Los Ángeles por una avería que lo dejó anegado en pleno vuelo.
El vuelo 94, un Airbus A380, tuvo que abortar su viaje el miércoles tras una avería en una tubería que provocó una filtración de agua en la cabina superior. Ésta comenzó a colapsarse y el agua llegó hasta la zona turista de pasajeros del único avión del mundo que tiene dos pisos.
La tripulación tuvo que mover a los viajeros a otras zonas y darles mantas para secarse. La aerolinea afirma que en ningún momento éstos estuvieron en riesgo, y tras dar la vuelta, la compañía los alojó en hoteles, mientras tratan de dar con la causa del fallo, con ayuda de Airbus, publicó CNN.
OTROS INCIDENTES PECULIARES
Los motivos para que un avión en pleno vuelo decida dar la vuelta resultan, en la historia reciente, cuanto menos llamativos. El pasado mes de junio, un vuelo en Norteamerica desde Nueva York en dirección a Las Vegas tuvo que detenerse en Detroit por un hombre que no dejaba de gritar. El incidente no llegó a ser una amenaza para el avión y las azafatas lograron controlar al hombre. El piloto aterrizó en Detroit por precaución.
Otros casos peculiares y recientes de viajes fallidos han sido, por ejemplo, en Estados Unidos donde un vuelo tuvo que aterrizar de emergencia tras chocar contra un ave en Nueva York. Había despegado desde Westchester, y tuvo que parar en el aeropuerto JFK, tras el impacto.
Un caso conocido fue el del vuelo 6401 de Iberia con destino México, en 2007. En esa ocasión se encontraba a bordo el cantante español Melendi que se dedicó a alborotar el avión hasta el punto de que el piloto decidió que no eran apropiadas las condiciones para un vuelo tan largo, y regresó a Madrid.
En ninguno de estos vuelos por suerte hubo percances. Aunque el trauma de regresar a tierra por incidentes de este tipo deja una mala experiencia que se suma a los miedos que surcar los aires genera a mucha gente.