Actualizado 12/12/2018 12:20

Bartolo Fuentes, el periodista hondureño al que el Gobierno quiere acusar de instigar las caravanas de migrantes

Bartolo Fuentes
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   MADRID, 8 Nov. (Notimérica)

   12 de octubre. Estación de autobuses de San Pedro Sula, en Honduras. Sobre las once de la mañana, unas doscientas personas se amontonaban en la terminal con la idea de comenzar su periplo migratorio hacia Estados Unidos. Comenzó a correrse la voz. A las seis de la tarde ya eran seiscientas y a la mañana siguiente más de 1.200 personas comenzaban su andadura. Sin saberlo, y sin organización previa, habían montado la primera de las conocidas como 'caravanas de migrantes' que comenzarían a recorrer Centroamérica a plena luz del día y en transporte público; huyendo de la violencia, el hambre y la falta de oportunidades.

   Por primera vez, la emigración clandestina se sustituía por una televisada en tiempo real. Los coyotes o traficantes de personas se cambiaban por abogados y trabajadores sociales que ofrecían asesoramiento a los migrantes. El miedo a ayudar a quienes recorrían cientos de kilómetros hacia México primero y EEUU después se sustituyó por personas solidarias que ofrecían cuanto tenían a quienes pasaban por delante de sus casas. El drama migratorio no es nuevo, hacerlo en bloque sí. Y pese a que esto no frena el problema --puede que ni siquiera lo minimice--, esta vez se le ha puesto cara. Y con eso, también, "se está tratando de dignificar la migración", dicen algunos expertos.

   El Gobierno hondureño por su parte ha acusado a los migrantes de ser "farsantes que solo quieren descalificarnos". El presidente, Juan Orlando Hernández, ha señalado directamente a un hombre como el "chivo expiatorio" que está instigando estas caravanas. Él es Bartolo Fuentes, un periodista que lleva veinte años tratando temas de inmigración y analizando sus causas y consecuencias, aunque ese hecho ahora puede costarle el exilio. Partió aquel 12 de octubre rumbo a México para documentar ese movimiento al que después se sumarían otros procedentes de Guatemala y de El Salvador.

   Desde Ciudad de México, donde se está quedando a la espera de que se resuelva su situación y desde donde fue invitado a participar en el Foro Social para las Migraciones, relata a Notimérica cómo ahora mismo no puede volver a su país porque teme que la justicia vaya en su contra. "Si tuviera claro que la justicia funciona bien estaría yendo a los tribunales, pero en Honduras se encarcela por decisión política, no porque se haya cometido ningún delito", lamenta.

HISTORIA PERSONAL

   Ahora mismo, muy a su pesar, se ha convertido en uno de los hombres más mencionados por los medios de comunicación. Su relación con las personas migrantes se remonta a 1999, cuando creó el programa de radio 'Sin Fronteras', en Radio Progreso. Allí hablaban sobre la situación del país, las causas que obligaban a los hondureños a abandonarlo y las condiciones en las que tenían que hacer estos viajes. A raíz de ese programa fundó, junto con otras personas comprometidas con la misma causa, el 'Comité de Familiares de Migrantes del Progreso'.

   Una vez constituidos como movimiento, empezaron una serie de acciones de las que Bartolo dice sentirse "muy orgulloso". En diciembre de ese mismo año organizaron la primera Caravana de Madres que buscaban a sus hijos desaparecidos durante la ruta migratoria. "Desde aquel tiempo yo conozco el dolor de los migrantes, lo llevo conmigo y es lo que me impulsa", asegura. Desde la misma organización consiguieron también que el Estado creara un fondo para la repatriación de los cadáveres de migrantes. 

   Cree que precisamente de aquellos polvos vienen estos lodos. "El Gobierno necesitaba una figura a la que culpar de las caravanas de este año, una cabeza que ofrecerle a (Donald) Trump", argumenta para tratar de explicar por qué es precisamente él a quien se acusa de fomentar la situación que se vive en los últimos meses. A las caravanas procedentes de los tres países ya se han sumado más de diez mil personas que tratan de atravesar México y a las que el presidente de Estados Unidos está esperando con concertinas y 7.300 soldados a los que ya ha enviado a la frontera sur del país.

   Bartolo ahora está en la capital mexicana, donde en una conferencia se ha defendido de las acusaciones. "No soy un coyote, nunca he cobrado a nadie por darle orientación ni mucho menos por acompañarle. Viajo con ellos en mi condición de periodista y de ser humano solidario, pero no gano nada con esto", afirmó en Ciudad de México y repitió posteriormente a Notimérica. Porque su mayor preocupación es precisamente esa, la de que el Gobierno hondureño le acuse de traficar con personas. "Quiero volver a mi país ya mismo, pero no puedo confiar en la justicia", repite. Tiene miedo de pasar varios años en la cárcel "o de que me ocurra algo peor".

   Pese a no ser el promotor, sí defiende este nuevo tipo de partidas. "La población hondureña está desesperada por salir del país y lo hacen diariamente, pero cuando salen solos lo que les espera son extorsiones y asaltos por parte de cualquiera que lleve un uniforme --policía, controladores de trenes-- que hacen del inmigrante su botín", añade Bartolo. Por eso, reclama en México que las autoridades permitan su entrada y atiendan sus solicitudes de asilo "caso por caso".

   Bartolo trabaja en la actualidad como director y editor de 'Vida Laboral', una revista especializada en la defensa de los derechos humanos. Entre sus trabajos está denunciar la desaparición de migrantes. En concreto, en lo que va de año el Gobierno ha repatriado a Honduras el cadáver de doscientas personas, 1.600 en lo que lleva Hernández en la presidencia. Aunque para el periodista son muchos más: "Las morges de la ruta migratoria tienen muertos nuestros por montones que nadie ha reclamado y no están documentados", asegura.

   Reconoce que tiene miedo, pero esa es la razón principal por la que quiere hacer pública su causa, "para sentir el respaldo de la comunidad internacional". No va a pedir asilo en México porque lo que quiere es volver. Hay algo de aspiración política también en sus palabras: "me encantaría transformar mi país para que nadie se tenga que ver forzado a huir por su condición económica".