Actualizado 02/03/2010 22:50

Bolivia.- Bolivia admite que los cultivos ilegales de coca crecieron hasta sumar 2.000 hectáreas que serán eliminadas


LA PAZ, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

El viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, reconoció este martes que los cultivos ilegales de coca en el departamento de Cochabamba, en el centro del país, aumentaron cerca de 2.000 hectáreas que serán erradicados, en línea con lo indicado este lunes por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) de Naciones Unidas que reportó un incremento del 18,2 por ciento de estas plantaciones entre 2007 y 2008.

"En el trópico (de Cochabamba) sólo se admiten 7.000 hectáreas, pero al momento hay 9.000 según monitoreo satelital. Hay 2.000 hectáreas excedentarias en las seis federaciones", dijo Cáceres en declaraciones a la prensa.

El funcionario aseguró que tanto los excedentes como aquellos cultivos que no respeten el límite de la extensión del cultivo, fijado por la legislación vigente en 40 metros de largo por otros 40 de ancho, serán eliminados por Policía y Ejército.

"Las fuerzas policiales y militares deberán identificar a los afiliados que no respetan el 'cato' y ese excedente será erradicado definitivamente", anunció a los periodistas tras inspeccionar la región cocalera.

Estas declaraciones obedecen a lo anunciado el lunes por la JIFE que señaló a Bolivia como uno de los países en los que más había incrementado el número de plantaciones ilegales de coca hasta alcanzar el 18,2 por ciento en los últimos dos años, después de Perú con un 33,5 por ciento y de Colombia, que encabeza la lista, con un aumento del 48,3 por ciento.

Ante estas cifras el organismo vinculado a Naciones Unidas instó a los gobiernos de dichos países a que "pese a las dificultades que puedan percibir para combatir la fabricación y el tráfico ilícito de cocaína, no cejen en sus esfuerzos".

Asimismo, la JIFE advirtió de que el crimen organizado y el narcotráfico representan una amenaza grave y creciente para la seguridad internacional por su capacidad de socavar el Estado de derecho en sociedades vulnerables, alimentar conflictos armados y aumentar la corrupción.

"Las redes transacionales dejan a su paso un rastro de muerte y destrucción en algunas de las regiones más vulnerables del mundo, por lo que prevenir la delincuencia es prevenir conflictos", dijo el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, durante una reunión del Consejo de Seguridad.

En consecuencia, el surcoreano solicitó una respuesta global para contrarrestar las ramificaciones de la delincuencia organizada, al igual que sucede con el terrorismo, y citó como ejemplo la prohibición de comercializar los llamados "diamantes de sangre".