Publicado 22/09/2019 12:57

Bolivia.- Bomberos bolivianos pierden la esperanza de sofocar los incendios a medida que avanzan las llamas

Un bombero voluntario en los incendios de Concepción, Bolivia
Un bombero voluntario en los incendios de Concepción, Bolivia - REUTERS / DAVID MERCADO

LA PAZ, 22 Sep. (Reuters/EP) -

Cientos de bomberos voluntarios han abandonado la lucha contra los incendios que desde el pasado mes de agosto avanzan por las tierras bajas del país, incluida su porción de selva amazónica, debido a unos escasos resultados que achacan a la falta de recursos.

Los incendios de este año en Bolivia son los peores que ha sufrido la nación andina en al menos dos décadas. Ya hay más de cuatro millones de hectáreas quemadas, según la Fundación Amigos de la Naturaleza, y pocos visos de solución.

A los Bomberos se sumaron policías y militares y una legión de voluntarios, así como expertos internacionales, que han pasado los dos últimos meses intentando sofocar las llamas.

Pese a ello, la superficie de tierra quemada se ha casi duplicado en menos de tres semanas. El pueblo ganadero de Concepción es buen ejemplo de ello. El fuego que se había logrado apagar en los bosques cercanos se ha vuelto a avivar. "No se ha controlado nada, los incendios siguen", ha lamentado Elías Johns, vicegobernador de la provincia de Ñuflo Chávez, donde está Concepción.

Los bomberos voluntarios se quejan de que está mal equipados, con poco más que mochilas de agua, mangueras y machetes, sin maquinaria pesada para limpiar los escombros y trazar cortafuegos. El calor y el humo son tan intensos en las líneas de frente que apenas pueden permanecer trabajando unos minutos seguidos.

"El trabajo es agotador, físicamente y emocionalmente", ha contado Shayir Rezvani, un estudiante universitario que es uno de los 30 bomberos de la unidad de voluntarios que queda en la provincia.

Entre 700 y 800 bomberos voluntarios se han ido a casa, de acuerdo con Johns, por lo que la lucha antiincendios depende ahora de los expertos enviados por Argentina y Francia y de los soldados bolivianos desplegados en la provincia.

Además, los incendios han provocado importantes problemas en el núcleo urbano de Concepción. Hay cortes en los suministros de luz y de agua y se ha tenido que instalar una clínica especial para atender a pacientes con problemas respiratorios debido al humo.

Entretanto, las llamas avanzan hacia el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, puerta de entrada a la Amazonía boliviana, y el Boeing SuperTanker 747 contratado por el Gobierno de Evo Morales para combatir los incendios en todo el país no ha llegado allí, por lo que los vecinos esperan ansiosamente la temporada de lluvias.

BOSQUES SECOS

Las comunidades locales señalan como motor de los incendios la sequía que ha alimentado la expansión de la ganadería y la agricultura de soja en las regiones boscosas, lo que hace que las prácticas tradicionales de tala y quema sean cada vez más arriesgadas.

José Payme, un jefe indígena chiquitano, sostiene que la sequía y los incendios de este año, que amenazan a su comunidad ganadera en Santa Marta, son los peores que ha visto en su vida. "Estamos totalmente agotados", ha confesado. "Hemos estado trabajando día y noche durante dos meses para aplacar este incendio que está fuerte, con esta sequía que está fuerte. Es algo imposible", ha denunciado.

Para Lykke Andersen, jefa de la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible de Bolivia, "esto es una advertencia para todo el continente". "Si seguimos destruyendo el bosque amazónico, pronto llegaremos al punto de inflexión donde el bosque pierde su capacidad de reciclar la humedad y la precipitación", ha avisado.