LA PAZ, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -
Al menos 2,5 millones de bolivianos, lo que supone el 25 por ciento de la población total (9,8 millones de habitantes) emigraron de su país para poder trabajar, según un estudio realizado por el Centro Boliviano de Economía (Cebec), en base a datos de 2005 y de 2006. El informe señaló además que esas personas envían remesas de dinero a su país por una cantidad cercana a los 1.000 millones de dólares (más de 695 millones de euros). De estos, en España viven cerca de 400.000.
Los datos del estudio, presentado ayer en el foro 'Remesas, Migración y Desempleo', de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo (Cainco) de Santa Cruz, muestran que 1.086.000 de los migrantes bolivianos se encuentran en Argentina, 386.000 en España, 366.000 en EEUU, 296.000 en Brasil, 176.000 en el resto de América, 146.000 en el resto de Europa y 46.000 en Asia.
De acuerdo con la encuesta elaborada por Cebec, entidad que depende de la Cainco de Santa Cruz, el 11% de la población adulta del país (650.000 personas) se beneficia de las remesas, la mayoría ciudadanos de Santa Cruz (18%), Cochabamba (17%), El Alto (14%) y La Paz (9%), informó hoy el diario boliviano 'La Razón'.
Como factores de la migración se señalaron el empleo, una mejor remuneración y el pago de deudas. El promedio de las remesas que se envían es de 120 dólares (83 euros) si procede de Latinoamérica y de 210 dólares (145 euros) si viene de Estados Unidos y Europa.
Como resultado de las encuestas realizadas en España, la investigación muestra que el destino de las remesas en el país, en un 45%, se destina a gastos diarios, el 21% a educación, el 17% a negocios, el 12% a ahorros y el 4% a compra de propiedades. El 44% de los migrantes bolivianos en España, cerca de 400 mil personas, envía en cada remesa a sus familiares menos de 200 euros, lo que representa un 15% de sus ingresos anuales.
Más allá de la parte económica, en el foro también se destacó y lamentó que la migración genera muchos problemas sociales, debido a la ruptura de las familias. También se evidenció que la inserción de la gente en el mercado laboral de otros países es muy difícil, por la explotación de la mano de obra y la xenofobia que deben soportar muchos de los migrantes.