Actualizado 26/11/2009 14:56

Brasil.- "La pobreza interesa al sistema, la exclusión no es un accidente", según frei Betto

Betto afirma que se debe tender a la Felicidad Interna Bruta y no moverse en el ámbito del Producto Interior Bruto


MADRID, 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

El periodista e impulsor del programa 'Hambre 0' en Brasil, frei Betto, denunció este miércoles que a la actual sociedad consumista le interesa que exista la pobreza y que una muestra de esto fue el apoyo que se dio a los banqueros durante la crisis económica en vez de ayudar a los ciudadanos.

"Vivimos un fenómeno que nuestros abuelos no vivieron, ellos vivieron una época de cambio y nosotros un cambio de época, y la última generación que vivió este fenómeno tenía a hombres como Miguel Ángel o como Galileo Galilei, un tiempo en el que se pasó de la Edad Media a la Modernidad", afirmó Betto durante una conferencia en las Jornadas de Comunicación y Desarrollo celebradas en Casa de América.

"Ahora se da un nuevo mundo que choca con el mundo viejo que ya se va, donde todo se mezcla y da lugar a una crisis de valores y paradigmas", prosiguió, y señaló que lo que caracterizó a la Edad Media fue el paradigma de la fe, mientras que con la Modernidad llegó el paradigma de la razón. "Según este paradigma, la razón iba a resolver todos nuestros problemas, pero sabemos que la Humanidad tiene ahora problemas más graves que antes", afirmó, e indicó que la Modernidad está fracasando porque el desarrollo de la tecnología no ha mejorado la calidad de vida.

En la actualidad, dijo, hay varias características que definen la sociedad actual. En primer lugar, se ha pasado de un mundo bipolar a un mundo unipolar, donde sólo existe la hegemonía de Estados Unidos. En segundo lugar, prosiguió, se ha pasado de un capitalismo extensivo a otro recesivo, donde la especulación tiene más importancia hoy que la producción, creando una economía virtual.

Por otro lado, según Betto, el neoliberalismo de libre mercado ha producido dos ciclos que han conducido a la pobreza. Primero, el ciclo de las dictaduras militares de las décadas de los setenta y ochenta. Latinoamérica, afirmó, siempre ha sufrido el colonialismo, y siempre se han adoptado medidas paliativas para controlar a los más pobres.

Entre estas medidas, citó el programa 'Alianza para el Progreso', unas concesiones de ayuda de Estados Unidos a América Latina entre 1961 y 1970, "que no realizó un progreso efectivo del hombre ni dio ningún resultado, y que creó una dependencia muy fuerte de la población", y la 'Revolución Verde', con el que se concedieron tierras a los privilegiados y no se produjeron cultivos.

"La pobreza interesa al sistema en que vivimos, la exclusión no es un accidente, forma parte de la racionalización criminal en la que vivimos, y un ejemplo de este hecho se ha dado después de la crisis económica, cuando los gobiernos de los países ricos apoyaron a los banqueros en vez de socorrer al pueblo", indicó.

PARADIGMA EQUIVOCADO

Los gobiernos, lamentó frei Betto, se mueven en el paradigma equivocado, se mueven en el del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), y les costará mucho tiempo pasar al paradigma del Índice de Desarrollo Humano (IDH) --un concepto creado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el que se catalogan los países de acuerdo con los años que vive su población y la salubridad y dignidad en que viven--, "puesto que la calidad de vida de un país no se mide por el PIB".

Asimismo, indicó que a lo que se debería aspirar es a la Felicidad Interna Bruta, puesto que "se debe tender a ser felices, y esto sólo se alcanza con valores y experiencias subjetivas". "Nuestro deseo es infinito, porque está en permanente búsqueda de lo absoluto", afirmó, por lo que habría que contar con "una Humanidad fundada no en los valores finitos sino en los bienes infinitos". "El reto es no dejar que la búsqueda nos consuma", señaló, y alabó a "dos grandes maestros" que ha tenido y que le han ayudado en este sentido, santa Teresa de Ávila y san Juan de la Cruz.

Otro de los ciclos por los que se ha desembocado en la pobreza en Latinoamérica, explicó Betto, han sido los presidentes neoliberales, como el ex presidente argentino Carlos Menem, el ex presidente peruano Alberto Fujimori o el ex dirigente brasileño Fernando Affonso Collor de Melo. "Pero la sociedad ha rechazado tanto las dictaduras como los modelos neoliberales, y ahora se persiguen aquellos modelos sociales que actúen junto al pueblo", afirmó.

Cuando Lula prometió terminar con el hambre, lamentó Betto, prometió un programa revolucionario que consistía no en dar comida a la gente sino aprobar más de 60 políticas y medidas sociales para que cada familia, en un plazo de dos a tres años, no sólo tuviera comida y saliera de la pobreza, sino que fuera capaz de producir. "Pero a Lula le faltó valentía para llevar a cabo la reforma agraria. El programa estaba pensado para que permitiera a la gente emanciparse, pero un pequeño grupo del propio Gobierno vio que se tendrían confrontaciones con diferentes sectores y grupos políticos", afirmó.

"Así, Lula no se enfrentó a los terratenientes y pasó a la beca familiar, y los que la quisieran sólo tenían que mantener a los hijos en la escuela y someterse a un programa de salud. El resultado es que la beca es un programa electoral, porque crea una dependencia, los que la reciben no van a tener ganas de emanciparse, de abandonar el subsidio que les da el Gobierno", añadió.

"Nosotros, que entramos en la Posmodernidad, nos enfrentamos a otro paradigma, al de la sociedad consumista, y no es que la razón haya fracasado, sino que la inteligencia del hombre lo ha llevado hasta la Luna y no ha llevado alimentos a los pobres", criticó. "Esta sociedad consumista crea una vida de lujo y alrededor sólo miseria", lamentó.

CUANTA MÁS UTOPÍA, MENOS DROGAS

El paradigma posmoderno de hoy es el mercado, y éste no quiere crear ciudadanos, quiere crear consumidores, aseveró Betto, quien opinó que los principales elementos de desmovilización de la sociedad, la televisión e Internet. Ambos producen una superinformación que no podemos seleccionar ni sintetizar y que, junto a la publicidad, da como resultado la deshistorización del tiempo, "la peor trampa de la posmodernidad". "El tiempo como proceso histórico está siendo destruido. El joven que no tiene ideales, que no quiere cambiar el mundo va a soñar con la química, porque no se puede soportar la vida sin sueños. Así, cuanta más utopía haya, menos drogas habrá", afirmó.

Nuestra sociedad, incidió, vuelve a percibir el tiempo "como los griegos, de manera circular: las guerras no acabarán, el hambre no cesará, no hay valores, no hay nada, los papeles sexuales se confunden". "Esto para el sistema es perfecto, porque quiere cambiar nuestros sueños y no quiere que cambiemos la sociedad ni el mundo", afirmó.

Es el paraíso del sistema, que quiere deshistorizar el tiempo, creando así un proceso de alienación y de desensibilización contra la pobreza, puesto que los vínculos de solidaridad se rompen, advirtió. "De ahí el conflicto permanente que vivimos en nuestra sociedad, aunque hoy se nos abren dos vías, o seguir el paradigma del mercado, que conlleva la mercantilización de todos los aspectos de la vida humana que ya vivimos hoy, si no estás en el mercado o si no compras, no existes; o bien el paradigma de la solidaridad, que nos vincula con nuestros semejantes y a la naturaleza y nos hace replantearnos a quién queremos servir en un mundo de desigualdad", concluyó.