Actualizado 29/03/2017 11:38

La casa del clan Puccio, de los secuestros y las muertes a un espacio para fiestas en Argentina

   BUENOS AIRES, 5 Oct. (Notimérica) -

   La antigua casa del clan Puccio, aquel que conmocionó a la sociedad argentina hace tres décadas por mantener cautivas a cuatro personas, de las cuales tres fueron asesinadas a sangre fría, se ha transformado en un taller de diseño, en el que se hacen fiestas y se llevan a cabo ferias.

   La casona ubicada en la esquina de 25 de Mayo y Martín y Omar, en el centro de San Isidro, ha permanecido vacía durante décadas hasta que hace tres años, la viuda de Arquímedes Puccio, Epifanía Calvo, la puso en alquiler.

Escenario de uno de los capítulos más oscuros de la historia criminal de Argentina de los años 80, ha pasado de ser un monumento al terror a convertirse en una atracción turística y, ahora también, en un lugar para fiestas.

   De este modo, el pasado 8 de julio de 2015, ese mítico lugar volvió a llenarse de gente. Sus nuevos inquilinos organizaron una fiesta para inaugurarla y la casa se llenó de color, de música y de vida.

   Asimismo, uno de los nuevos inquilinos, Gabriel Wilhelmi, agradeció en su cuenta de Instagram a todos los amigos que ayudaron a pintar el frente del portón. Con su socio Anuar Moswalder, montaron allí Werkplatz, un taller de diseño industrial.

   "Werkplatz es un estudio de diseño ubicado en una casa mítica del centro de San Isidro", explican en su perfil de Facebook.

   Una de las condiciones que puso la viuda de Puccio fue que no se dieran a conocer fotos del interior de la vivienda. Sin embargo, por la naturaleza del negocio de los inquilinos y en tiempos en que la privacidad es casi una utopía, fue imposible cumplir con el requisito. Las imágenes se viralizaron y fueron vistas por miles de personas, según 'La Nación'.

CLAN PUCCIO

   Los Puccio vivieron en la Argentina de los años 80, durante la transición de la dictadura militar a la democracia. En este marco, en el barrio San Isidro de Buenos Aires, tras la fachada de una familia tradicional, se ocultaba un siniestro clan dedicado al secuestro y al asesinato.

Arquímides Puccio, el patriarca, lideraba y encabezaba los operativos. Por su parte, Alejandro, su hijo mayor, una estrella del rugby, estaba completamente sometido a la voluntad de su padre, al que ayudaba en la identificación de las posibles víctimas entre sus conocidos.

   Todos los integrantes de la familia eran, en mayor o menor medida, cómplices de las actividades criminales, que se cometían en la total impunidad gracias a las protecciones a altos niveles con las que contaba Arquímides, vinculado con los servicios secretos y la extrema derecha.

   El impacto de esta familia en Argentina es tal que el pasado año el director Pablo Trapero llevó a los cines su historia con una película titulada 'El clan'.