Actualizado 26/12/2015 13:30

Las iglesias de EEUU ofrecen refugio a los centroamericanos amenazados con la deportación

Inmigrantes centroamericanos
REUTERS

LOS ANGELES, 25 Dic. (Reuters/EP) -

   Las iglesias estadounidenses han ofrecido refugio a los inmigrantes centroamericanos amenazados con la deportación por la campaña que el Gobierno de Barack Obama planea lanzar para localizar a las familias que han entrado ilegalmente en el país.

   Las alarmas han saltado esta semana, cuando 'The Washington Post' ha revelado que la Casa Blanca pretende llevar a cabo una serie de redadas para expulsar a cientos de familias de inmigrantes ilegales con el fin de contrarrestar la llegada masiva de personas a la frontera sur.

   Los preparativos del Departamento de Seguridad Nacional, que han sido confirmados por fuentes del Gobierno, han suscitado las críticas de los precandidatos demócratas a las elecciones presidenciales de 2016 y de organizaciones defensoras de los Derechos Humanos.

   Entre éstas últimas se encuentra Sanctuary Movement, una plataforma de congregaciones religiosas que comenzó su andadura en los años 80 para atender a los miles de refugiados centroamericanos que llegaron a Estados Unidos en esa época huyendo de los conflictos armados.

   Sanctuary Movement ha aprovechado la Navidad para recordar la huida de Herodes. "Como pastores, sabemos que cada familia es una familia sagrada y abrimos las puertas a todos los María y José", ha dicho la reverenda Alison Harrington, de la Iglesia Presbiteriana de Tucson.

   El reverendo Noel Anderson, que ejerce de coordinador para el Church World Service, se ha sumado a esta iniciativa de Sanctuary Movement elevando a 300 las congregaciones estadounidenses al servicio de este proyecto de acogida.

   Desde 2014, miles de personas procedentes de El Salvador, Guatemala y Nicaragua han llegado a Estados Unidos aventurándose en peligrosos viajes por la región en los que se arriesgan a ser víctimas del crimen organizado.

   La crisis de inmigrantes centroamericanos atrajo la atención internacional por la creciente llegada de niños sin la compañía de adultos, dejándoles aún más expuestos a las mafias que operan en el hemisferio.

   Este flujo migratorio tuvo su origen, entre otras cosas, en las expectativas generadas por la reforma migratoria de Obama, por lo que el Gobierno puso en marcha una campaña informativa para explicar que solo beneficiaría a los inmigrantes que ya estuvieran en Estados Unidos.

   Al mismo tiempo, la Casa Blanca negoció con los gobiernos centroamericanos un millonario plan de ayudas para reforzar la seguridad y el bienestar en los países de origen, aunque éstos han advertido de que es insuficiente.