Actualizado 18/12/2006 22:08

Centroamérica.- Nicaragua y Costa Rica podría sufrir un tsunami de producirse un deslizamiento de sedimentos marinos


SAN JOSÉ, 18 Dic. (EUROPA PRESS) -

Algunas comunidades en la costa del Pacífico en Nicaragua y Costa podrían verse afectadas por un tsunami, si se produjera un deslizamiento de material submarino que científicos costarricenses han descubierto frente a la península de Nicoya, en el Pacífico de Costa Rica.

Los estudios geológicos, realizados por científicos alemanes e investigadores de la Universidad de Costa Rica en 2003, revelaron la existencia de un área de deslizamientos submarinos, ubicada frente a la península de Nicoya, en el Pacífico de costarricense, que es capaz de generar tsunamis.

Según los datos publicados ahora por estos investigadores de la Universidad alemana de Kiel en la revista 'Geología Marina', en la denominada plataforma marina hay una gran cantidad de sedimentos acumulados (algunos arrastrados por los ríos) que podrían llegar a desprenderse a abismos submarinos de gran profundidad. La caída de los materiales genera ondas que repercuten en grandes olas que podrían llegar a la costa de Guanacaste y Puntarenas (Costa Rica) y las del municipio nicaragüense de Rivas, según los expertos.

Los alemanes sostienen que ya se ha producido un desprendimiento que tiene 22 kilómetros de largo, 50 kilómetros de ancho y 2 kilómetros de un espesor. Los expertos lo denominaron como prehistórico. Los científicos alemanes hicieron una simulación informática para conocer más del caso, según informó ayer el diario costarricense 'La Nación'.

A través de dicho simulacro pudieron determinar que cuando esa gran masa rocosa descendió de una sola vez, generó olas de hasta 27 metros de altura.

Por su parte, el geólogo Mario Fernández Arce, de la Universidad de Costa Rica (UCR), --que colaboró con los alemanes y completó el estudio--, explicó que un desprendimiento con esas características es factible que no ocurra de una vez, sino por etapas. Eso haría que las olas no alcancen tanta altura.

Las investigaciones se centraron en el análisis donde la placa Coco está siendo sumergida bajo la placa Caribe. Esa zona se conoce como fosa mesoamericana y es generadora de cantidad de seísmos.

Según este estudio el contacto de las placas contribuyó a la formación de 'escarpes' cuyos bordes son inestables y por tanto favorecen la formación de flujos o avalanchas de sedimentos.

Las observaciones, la elaboración de mapas y las muestras sacadas del fondo marino, determinaron que hay una gran pendiente (llamada talud continental) que limita la zona de contacto entre las placas Coco y Caribe.

"Está demostrado que existen abismos con potencial suficiente para generar tsunamis frente a Costa Rica, donde ya ocurrió un gran evento", afirma la revista.

Fernández aseguró que no se trata de una alerta ya que a día de hoy los tsunamis no son predecibles. Los deslizamientos pueden producirse por un temblor de tierra, añadió.

Frente a la península de Nicoya, en Costa Rica, a 70 kilómetros de la costa, hay un monte submarino de 2.500 metros de altura, sobre la placa de Cocos.

Por su parte el geólogo Fernández defendió la publicación del informe pues argumentó que la población tiene derecho a estar informada sobre los riesgos naturales.

Mencionó que un estudio divulgado a la comunidad científica en Australia en el año 1999, daba a conocer hechos relevantes sobre un tsunami ocurrido en Indonesia. Sin embargo, nadie lo divulgó hasta que en diciembre del 2004 ocurrió otro tsunami en Indonesia que dejó más de 300.000 muertos.

"Lo importante es que todos los ciudadanos conozcan que esa área de deslizamientos está ahí en el fondo del océano Pacífico, frente a las costas costarricenses. Eso les permitirá tomar las medidas de prevención. No se trata de crear temor ni pánico" dijo.

Fernández recomendó a los habitantes de las localidades costeras tienen que estén alerta cuando se produzca un alejamiento del mar, con relación a la línea de costa, pues ese es el signo más evidente e inminente de un tsunami.

El citado periódico afirma también que aunque históricamente se ha informado de manera muy escasa sobre los deslizamientos submarinos, estos fueron la causa de dos tsunamis.

El primero se registró el 16 de octubre de 1979 cuando se dio un deslizamiento en el área donde se construía una ampliación del aeropuerto de Niza, Francia.

En aquella ocasión el desprendimiento generó olas de tres metros de alto que afectaron una extensión de 30 kilómetros de la playa francesa y que provocaron la muerte de 23 personas. El segundo se registró el 3 de noviembre de 1994 en Skagway, Alaska.

En esa ocasión el deslizamiento lo disparó la acumulación de cerca de un millón de metros cúbicos de sedimentos que había arrastrado el río Skagway, los cuales se fueron depositando en la plataforma cerca de la playa.

El tsunami que se produjo tuvo olas de 12 metros de altura y mató a una persona. El fenómeno arrasó un muelle en construcción y una terminal de ferry y ocasionó pérdidas de unos $22 millones.