Actualizado 10/12/2009 19:16

Clima.- Brasil critica a EEUU por querer ser tratado como país en desarrollo y advierte de que otros podrían imitirarle


SAO PAULO, 10 Dic. (Reuters/EP) -

El ministro de Asuntos Exteriores brasileño, Celso Amorim, criticó este jueves a Estados Unidos al considerar que "en el fondo (...) quiere un trato de país en desarrollo" a la hora de negociar una reducción de emisiones de CO2 como parte de un acuerdo global auspiciado por la ONU y advirtió del riesgo de que otros "se suban al carro".

"Tal vez hasta podamos convivir con eso, mejorando un poco. El problema es evitar que otros países ricos, Japón, Canadá, Australia y los países europeos quieran subirse al carro en esa actitud y quieran ser tratados como países en desarrollo", admitió el jefe de la diplomacia brasileña en una entrevista al programa 'Buenos Días Ministro'.

Los países en vías de desarrollo consideran que el compromiso del Gobierno estadounidense de recudir en un 17 por ciento sus emisiones de CO2 en 2020 respecto a los niveles que tenía en 2005, lo que equivaldría a una reducción del 3 por ciento respecto a sus niveles de 1990, es insuficiente.

Brasil anunció por su parte una meta voluntaria de reducir hasta el 38,9 por ciento sus emisiones en 2020 y se comprometería también a reducir en un 80 por ciento la deforestación del Amazonas. Sin embargo, Amorim insistió en que los países industrializados deben comprometerse con objetivos de reducción de emisiones vinculantes.

"Aunque Brasil haga todo lo que se le pide, si los países ricos siguen contaminando, la selva amazónica va a acabar de la misma forma porque el calentamiento global no va a permitir que el ecosistema se mantenga", advirtió.

Los presidentes brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y su homólogo estadounidense, Barack Obama, tiene previsto asistir a la Cumbre sobre cambio climático auspiciada por la ONU en Copenhague que se clausurará el 18 de diciembre.

Sin embargo, Lula admitió recientemente en Berlín que no confiaba en que en Copenhague se lograra alcanzar un "acuerdo soñado" para cerrar un acuerdo de reducción de emisiones más allá de 2012, cuando expira el actual Tratado de Kioto.