COPENHAGUE, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, instó este jueves a los países desarrollados, durante su intervención en la sesión plenaria de la Cumbre sobre Cambio Climático en Copenhague, a asumir "metas ambiciosas" de reducción de emisiones que, en su opinión, deben elevarse entre el 25 y el 40 por ciento en 2020.
"Los países desarrollados deben de tener metas ambiciosas con la reducción de gases. Debe ser una reducción de 25 por ciento para el 2020 en relación con las emisiones actuales. Debe de mitigarse hasta en un 40 por ciento si es posible", explicó el mandatario.
Asimismo, defendió que hablar de esfuerzos para combatir el calentamiento global "no tiene sentido, si no existen compromisos claros en corto y largo plazo en Copenhague". "No podemos conformarnos", insistió. "El cambio climático es un problema de todos, es el problema más serio de la humanidad", agregó.
Por ello, criticó el juego en las negociaciones en las que un país "esconde las cartas" a la espera de que "los demás pongan sus apuestas". "Esto sería tarde y todos perderíamos", recalcó.
Lula reclamó que los intereses económicos no se antepongan al bien común de preservar la naturaleza y defendió que los países ricos contribuyan a ayudar a los países pobres a hacer frente a la adaptación al cambio climático. "Es inaceptable que las naciones pobres y menos contaminantes sean los primeros afectados", subrayó.
El presidente brasileño cifró en 16.000 millones de dólares anuales lo que Brasil gastará para frenar las emisiones en su suelo hasta el año 2020 y recordó que el 45 por ciento de la energía que consume el país proviene de fuentes renovables.
Brasil ha asumido un objetivo voluntario para reducir sus emisiones de gas de efecto invernadero entre un 36,1 y un 39,8 por ciento a la altura de 2020.
Al presidente, le acompañan a la Cumbre, a la que asistirán más de 100 líderes mundiales y que se clausura el 18 de diciembre, la ministra de Presidencia y candidata a las elecciones presidenciales brasileñas, Dilma Rousseff, así como sus ministros de Exteriores, Medio Ambiente, Ciencia y Tecnología y Economía.