Actualizado 07/12/2018 14:48

Los clubes privados de Trump contrataron a inmigrantes indocumentados, según el 'New York Times'

Donald Trump
REUTERS / KEVIN LAMARQUE

   MADRID, 7 Dic. (OTR/PRESS) -

   Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impulsa con dureza sus políticas antimigratorias y acusa a los indocumentados de casi todos los males y crímenes en el país, su club privado de Nueva Jersey contrató a personas 'sin papeles' y que habían entrado de manera ilegal, según ha informado este jueves el prestigioso rotativo 'The New York Times'.

   El diario ha localizado a dos mujeres que aseguran haber estado empleadas durante años en el Trump Nacional Golf Club en Bedminster, Nueva Jersey.

   Al mismo tiempo que saltaba esta noticia en los medios de EEUU, el magnate neoyorquino ha asegurado este jueves que el estado de Arizona "se prepara" para la llegada masiva de migrantes. "Arizona, junto con nuestro Ejército y la Patrulla Fronteriza, se está preparando para una llegada masiva en un área SIN MURO. NO LOS DEJAREMOS PASAR", ha aseverado Trump en su cuenta oficial de Twitter.

   En este sentido, el magnate ha vuelto a recalcar que la llegada de los migrantes --en su mayoría procedentes de distintos países de Centroamérica-- a la frontera sur con México supone un "gran peligro" para Estados Unidos.

   Así, ha instado a la líder de la Minoría Demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y al líder de la minoría en el Senado estadounidense, el demócrata Chuck Schumer, a aprobar la construcción del muro y un incremento de la seguridad fronteriza.

   Su determinación público en contra de los 'ilegales' es evidente, pero la cuestión es que hay dos mujeres, Sandra Díaz de Costa Rica y Vitoria Morales de Guatemala, que afirman haber sido empleadas por la Organización Trump y que ambas habían entrado al país ilegalmente.

   Ambas aseguran que los gerentes eran conocedores de su situación irregular y que al menos dos supervisores del club las ayudaron a tomar medidas para evitar la detención y mantener sus trabajos.

   Pero es que además, Morales consiguió en julio un certificado de la Agencia de Comunicaciones de la Casa Blanca con su nombre. Todo un logro para una empleada doméstica indocumentada. Llegó a EEUU en 1999 y fue contratada en 2013.

   Las dos mujeres han asegurado al diario que trabajaron durante años como parte de un grupo de empleados de limpieza, mantenimiento y paisajismo en el club de golf que incluía a varios trabajadores indocumentados, aunque no pudieron decir con precisión cuántos.

   El New York Times ha apuntado que no hay evidencias de que los ejecutivos del emporio del magnate supieran del estatus migratorio de ambas mujeres y desde la Organización Trump han asegurado que sus prácticas de contratación "son muy precisas" y que "si algún empleado presentó documentación falsa en un intento de eludir la ley, será despedido de inmediato", según ha publicado la cadena 'CNN'.

   Díaz le ha explicado a 'The New York Times' que "hay muchas personas sin papeles" y ha asegurado haber presenciado cómo se contrataba varias personas pese a que eran 'indocumentadas'.

   Por su parte, Morales le ha dicho al diario estadounidense que ella entendía que podía ser despedida o deportada haciendo pública su historia.

   Según el rotativo, Morales ha solicitado protección bajo las leyes de asilo y está explorando una demanda que reclama abuso y discriminación en el lugar de trabajo. También ha afirmado al periódico que un supervisor de limpieza de Bedminster hizo comentarios insultantes sobre su inteligencia y su estado de indocumentación.

   No es la primera vez que asuntos similares salpican al republicano, y eso a pesar de que su campaña electoral estuvo plagada de promesas para construir el muro fronterizo con México y detener la entrada de inmigrantes para proteger los empleos de los estadounidenses.

   Ya en 2015, el 'Washington Post' dijo haberse entrevistado con trabajadores que decían haber entrado ilegalmente a EEUU y cuya situación 'irregular' no había sido un obstáculo para trabajar en la construcción del Trump International Hotel en Washington.

   El magnate, entonces, negó los hechos y dijo que sus propiedades se han apoyado en la contratación de "trabajadores extranjeros invitados". El Club Mar-a-Lago de Trump en Palm Beach, Florida, y su campo de golf en Jupiter, Florida, presentaron documentos en 2017 para atraer a trabajadores extranjeros adicionales bajo el programa de visa H-2B.

9.471 CENTROAMERICANOS ESPERANDO EN LA FRONTERA MEXICANA

   Ahora hay unos 9.471 migrantes provenientes de Centroamérica que se encuentran en territorio mexicano con el fin de llegar a Estados Unidos, según datos del Instituto Nacional de Migración (INM).

   Los migrantes centroamericanos de las caravanas que salieron desde Honduras, El Salvador y Guatemala se han instalado en albergues a lo largo del territorio mexicano, según informaciones de la cadena de noticias Telesur.

   Mediante un informe presentado ante la Cámara de Diputados, el INM ha detallado que de la primera caravana hay unos 450 migrantes en el estado fronterizo de Baja California, de los cuales 365 se encuentran en la ciudad de Tijuana.

   El texto señala que unos 5.173 migrantes están en Jalisco y que de ellos, 136 están en el auditorio Benito Juárez de Zapopan, mientras que otros 5.037 se encuentran en la caravana y se dirigen hacia Nayarit: 1.416 de ellos con destino a Sinaloa y otros 125 a Escuinapa.

   En Sonora se encuentran otros 358 migrantes centroamericanos, entre ellos 351 que van camino a Hermosillo. Con respecto a la segunda caravana, unos 1.270 están en Ciudad de México, y otros 68 en Puebla. Mientras que de la tercera y cuarta hay 2.027 centroamericanos en Veracruz.

   De esos migrantes en Veracruz, 1.447 van hacia Ciudad de México y unos 80 hacia Puebla. Asimismo, otros 190 centroamericanos se dirigen a la capital mexicana.

   La situación humanitaria de la mayoría de centroamericanos es muy frágil. De hecho, los que se encuentran en el albergue en Tijuana, 'El Barretal', se han visto fuertemente afectados por las lluvias, que han provocado la destrucción de sus pertenencias. Los migrantes duermen en casetas de campaña en el suelo, las cuales se llenan de agua fácilmente cuando llueve, por lo que quedan a la intemperie.

   A esta situación desesperada se suma la negativa de Trump a facilitar la tramitación de solicitudes de asilo y el desbordamiento de las autoridades mexicanas. Además, los residentes de las zonas en las que se asientan los centroamericanos comienzan a impacientarse y a reclamar una salida a la crisis.