Actualizado 16/08/2009 21:31

Colombia.- Absuelto un hombre tras ocho años en prisión por el asesinato de un policía desde un taxi que le robaron

BOGOTÁ, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -

La Corte Suprema de Justicia colombiana ha resuelto el recurso relativo al caso de Pedro Nel Martínez, absolviéndolo tras pasar ocho años en prisión, al comprobar que cuando se perpetró el asesinato de un policía por el que fue condenado él estaba durmiendo en la celda de una comisaría en la otra punta de Bogotá.

Hasta ahora se creía que el 16 de julio de 1999 Martínez había perpetrado este asesinato y como prueba se empleó la relación con el crimen de un taxi que, según se ha descubierto, le fue sustraído previamente por un grupo que robó una panadería e intercambió disparos con policías desde el vehículo del ahora absuelto.

En el momento del crimen, Martínez se encontraba en la comisaría de Tunjuelito, en el sur del país, a gran distancia del lugar del tiroteo circunstancia que ha servido finalmente para demostrar su inocencia. Este argumento no pudo ser empleado por Martínez en los juicios anteriores debido a que no recordaba su estancia en la comisaría.

A las 10 de la mañana del lunes 6 de julio, en la celda 81 del Patio Uno de la cárcel de de Cómbita (Boyacá), Martínez recibió el documento que notificaba oficialmente la orden de puesta en libertad.

El día del asesinato, un subteniente lo detuvo en el barrio de Venecia, en el sur de Bogotá. "Nos manifestaron que había una persona que estaba golpeando vehículos, al llegar al sitio se observó al sujeto en alto grado de excitación, se le solicitó una requisa y este la emprendió con palabra. Se le informó a la central y a mi coronel, y éste ordenó trasladarlo a la estación (comisaría)", recoge el informe oficial.

Ese extraño comportamiento tenía una explicación. Martínez había sido víctima de un atraco días antes con escopolamina, un neurodepresor que se emplea con relativa frecuencia en robos. Aunque pudo recobrar la conciencia, aún sufría de lagunas mentales. Por eso, los policías que lo encontraron lo tomaron por un drogadicto.

Esa misma noche, mientras Martínez dormía en una celda, al otro lado de la ciudad, cuatro hombres atracaban una panadería en el barrio de Boyacá Real. Los asaltantes robaron 950.000 pesos (unos 334 euros) y emprendieron la huida, pero fueron perseguidos por una patrulla policial que llegó al lugar alertada por los vecinos. Los delincuentes dispararon contra los agentes para cubrir el escape e hirieron a dos de ellos. Al final, uno murió.

En su fuga, los delincuentes abandonaron el vehículo donde la Policía encontró el arma homicida, un revolver calibre 38, y la tabla de tarifas con su foto, su nombre y su número de cédula. De inmediato, un fiscal seccional ordenó su captura.