Actualizado 27/04/2011 17:31

Colombia.- Familia de una joven malagueña asesinada en Colombia sigue pidiendo justicia tras ser condenado su asesino


VÉLEZ-MÁLAGA (MÁLAGA), 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

Los familiares de Irene Cortés Lucas, la turista malagueña de 30 años que falleció el pasado 2 de marzo en Barranquilla (Colombia) tras recibir un disparo de un atracador mientras se encontraba en un bar, han recibido con satisfacción la noticia de la condena a 23 años y dos meses de cárcel del asesino confeso de la joven, aunque seguirán reclamando "que se haga justicia", pues entienden que el asunto "aún no ha terminado".

Juan Antonio Cortés, hermano de Irene, ha valorado en declaraciones a Europa Press la condena al autor confeso del disparo que acabó con la vida de la joven, y considera que "todos los años de cárcel que se le echen son pocos", teniendo en cuenta las consecuencias que tuvo su acción.

Cortés, que ha recordado que aún se está a la espera de conocer la sentencia al presunto cómplice de los hechos, ha lamentado que la condena al autor del disparo, que en principio iba a ser de 46 años y cuatro meses, haya quedado reducida a la mitad debido a que aceptó los cargos y a un acuerdo entre el fiscal y su defensa.

"Mañana estará en la calle seguro", ha criticado el hermano de Irene, quien ha puntualizado que la familia sigue "convencida" de que el marido de la víctima, Farid Llinás, un ciudadano colombiano de 34 años, está implicado "desde el principio" en la muerte de la joven "y se está lavando las manos", por lo que la familia "va a seguir peleando para que se haga justicia".

Irene Cortés llegó a Colombia el pasado 27 de febrero para presenciar el carnaval de Barranquilla y, en la madrugada del 2 de marzo, fue víctima de un atraco mientras se encontraba en un bar de la localidad junto a su marido y unos amigos.

Según la versión oficial, dos delincuentes irrumpieron en el local y uno de ellos disparó en el pecho a la joven, quien murió poco después en un hospital de la ciudad. No obstante, la familia sospechó desde un primer momento de la implicación en el suceso del marido de Irene, al que acusó de haberla llevado "engañada" a Colombia e incluso de "contratar a un sicario" para matarla.

El marido negó categóricamente tener nada que ver con el asunto, y denunció desde su país haber recibido amenazas por parte de los familiares de su mujer, por lo que solicitó protección para poder volver a España, adonde regresó pocos días después del funeral de la joven, "y ahora está instalado a apenas tres calles de donde vivimos los familiares de Irene, ése es el miedo que nos tenía", ha lamentado el hermano de la fallecida.

Irene Cortés, madre de cinco hijos, nació en Granada, aunque residía en Vélez-Málaga, donde también vivía el resto de su familia. La joven regentaba un bar de copas en el núcleo de población de Torre del Mar y, según sus familiares, era la primera vez que viajaba a Colombia.