Publicado 27/02/2016 22:41

Condena histórica en Guatemala para dos exmilitares por crímenes de lesa humanidad

People react after a verdict was given in the Sepur Zarco case in Guatemala City
JOSUE DECAVELE / REUTERS


CIUDAD DE GUATEMALA, 27 Feb. (Notimérica) -

Un tribunal de Guatemala ha dictado una sentencia histórica este viernes al condenar a dos exmiembros del ejército guatemalteco por crímenes de lesa humanidad contra un grupo de mujeres indígenas durante el conflicto armado en el país centroamericano.

Las condenas contra Francisco Reyes Girón y Heriberto Valdez Asij suman 360 años de cárcel, una sentencia que condena los abusos sexuales perpetrados durante el conflicto armado en Guatemala, una sentencia que ha sido recibida con júbilo en todo el país.

"Esto es histórico, es un gran paso para las mujeres, y sobre todo para las víctimas", dijo la ganadora del Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchu, presente en el tribunal.

Los acusados son Francisco Reyes Girón, oficial retirado, acusado por la muerte de Dominga Coc y sus dos hijas, condenando a 30 años de prisión por cada víctima (90), y 30 añosmás por el delito contra los Derchos Humanos, sumando un total de 120 años de condena.

Por otra parte está Valdez Asij, paramilitar al servicio del ejército al que se le acusaba de la violación de Derechos Humanos así como por desaparición forzada de siete hombres, siendo condenado a 240 años de prisión.

Según recoge 'BBC Mundo', el tribunal escuchó el desgarrador relato de las actividades perpetradas en la base militar Sepur Zarco en el este de Guatemala durante los años 80.

Según la fiscalía, en 1982 fuerzas armadas atacaron en repetidas ocasiones la villa de Sepur Zarco, matando y raptando a líderes de la tribu maya q'eqchi, que reclamaban sus tierras y habían hecho enfurecer a los propietarios.

Uno de los testimonios realizados por uno de los hombres que sobrevivió, aseguró que los soldados lo metieron en una celda donde le golpeaban todos los días. Otros compañeros fueron además asesinados.

Además, todos los actos tenían en común que las víctimas sufrieron la desaparición de sus esposos, siendo violadas el mismo día de la desaparición o días después, para más tarde ser convertidas en esclavas. Las mujeres eran obligadas a presentarse cada tres días para hacer "turnos" en la base, durante los cuales eran violadas y forzadas a cocinar y limpiar. Para alguna de las víctimas, esta situación duró al menos seis años.

Tras esto, los jueces establecieron que los soldados "saciaron actos animales", transformando la vida de la comunidad al tratar a las mujeres como animales. "El origen era poner fin a las solicitudes de tierra, sembrando terror en el destacamento de Sepur Zarco".

La jueza evocó por último la "valentía" de las víctimas, que rompieron en llanto al dar testimonio durante el juicio.