SAO PAULO, 13 May. (Notimérica) -
El Consejero del Interior de la Embajada de España en Brasil, Jesús Figón, de 64 años, se ha entregado a la Policía de Espíritu Santo (Brasil), después de confesar haber asesinado a su esposa, Rosemary Justino, de 56 años, dentro del apartamento de su casa en la ciudad de Vitória.
Figón se presentó repentinamente en la Policía y contó que había matado a su mujer después de una discusión en la madrugada de este martes. Llevaban casados más de treinta años y él trabajaba en la Embajada de España, en Brasilia, pero estaba pasando algunos días en la casa que compartía con su esposa en Vitória, ya que ella era natural de Espíritu Santo.
El delegado responsable del caso, Adroaldo Lopes, ha explicado que estaba en casa cuando recibió la visita de un compañero de Jesús relatando el homicidio, tras recibir "una llamada telefónica de Jesús contándole que había matado a su mujer", según ha publicado el diario brasileño 'Globo'.
"Inmediatamente, el compañero contactó con un abogado y ambos se fueron hasta la casa de Jesús para verificar la información. Cuando llegaron hasta el domicilio, vieron la presencia de un cuerpo y me llamaron diciendo que estaban yendo hacia la Policía", ha explicado Adroaldo.
En la Policía, Jesús explicó que su esposa sufría depresión y era alcohólica: "El día anterior ella habría bebido demasiado alcohol y tuvieron una discusión de madrugada. Ella cogió un cuchillo para atacarlo, entonces él se lo quitó y empezó a apuñalarla", ha añadido Adroaldo.
Figón cuenta con inmunidad diplomática, lo que hace que la investigación del crimen sea diferente a otros homicidios. Por eso, ha sido liberado sobre las 6.30 (hora local) y el proceso seguirá en secreto por determinación del Ministerio de Justicia y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.
Aunque Adroaldo no ha podido asegurar si Figón responderá por el crimen en Brasil, ha adelantado que habrá "un cumplimiento de las leyes brasileñas, internacionales y los tratados". Lo más probable ahora es que el juez brasileño al que se le asigne el caso, lo rechace por la inmunidad diplomática de que disfruta Figón, y termine en la Embajada de España, esperando juicio en España.