Actualizado 30/03/2017 08:33

La criminalidad transnacional, eje principal de la inseguridad y narcotráfico en Iberoamérica

   MADRID, 29 Oct. (Notimérica) -

   Transcurridos tres lustros desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, en Estados Unidos, se puede apreciar un cambio en la percepción de las amenazas respecto a Iberoamérica. Mientras en el momento de los atentados existía la preocupación por un posible acto terrorista en o desde la región latinoamericana, actualmente esa idea se ha desvanecido y ha surgido el temor de que el crimen organizado se conviertan en una amenaza real para los estados de la región.

   La lucha entre los diferentes cárteles por el control de las rutas de transporte y los mejores lugares de comercialización de las drogas, denominado "geopolítica de las drogas", es el responsable de una violencia continua que genera un sentimiento de inseguridad desbordado en la población.

   La capacidad de desplazamiento de las organizaciones criminales está generando un nuevo concepto de criminalidad transnacional que implica que un país con los suficientes medios y fuerza coercitiva pueda hacer frente en cierta medida a estos actores, mientras que un país vecino con menos capacidades se ve afectado en proporción mayor. Se establece así una cadena continua de desplazamientos que solo podría interrumpirse con un esfuerzo internacional a la altura del reto transnacional del que se trata.

   En este sentido, diversos especialistas han considerado a la criminalidad organizada transnacional como la principal responsable de la inseguridad en la región, con sus respectivas muertes y violencia. Asimismo, la identificación de la producción, tráfico y comercialización de drogas ilegales y sus actividades conexas la han calificado como la principal manifestación de criminalidad en este espacio geográfico.

   Diferentes datos contribuyen a dimensionar la inseguridad latinoamericana asociada a la criminalidad. El último reporte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha indiciado que el promedio global de homicidios violentos se establece en 6,9 casos por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, en América Latina esta tasa crece a más del doble, hasta alcanzar los 15,6 homicidios por cada 100.000 habitantes.

   Por otro lado, de acuerdo a la Organización de Estados Americanos (OEA), pese a contar con menos del diez por ciento de la población global, a la región latinoamericana le corresponde más del 30 por ciento de los homicidios violentos del planeta, con casi 150.000 casos anuales de este tipo. En esta comisión de delitos violentos, la ONU confirmó que América Latina es la región donde más armas de fuego se utilizan.

LAS MÁS VIOLENTAS

   Cada año el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Criminal (CCSPJC), establece un dato demoledor para Iberoamérica: el de las ciudades más violentas del mundo, tomando como indicador los homicidios perpetrados.

   El Consejo indica que del conjunto de las 50 ciudades más violentas de todo el globo, 43 se encuentran en América Latina; más aún, son latinoamericanas las 20 primeras, con las únicas excepciones de Ciudad del Cabo en República Sudafricana y Saint Louis en Estados Unidos. En el primer puesto se encuentra la ciudad hondureña de San Pedro Sula, con 1.317 homicidios en 2014, y en segundo lugar se encuentra la capital venezolana de Caracas.

INSEGURIDAD LATINOAMERICANA

   La inseguridad latinoamericana se traduce en las percepciones de los ciudadanos que con el paso del tiempo se va incrementando. Tomando como base el Proyecto de Opinión Pública de América Latina (LAPOP) que elabora la Universidad estadounidense de Vanderbilt, se ha producido un aumento del porcentaje de encuestados que citó a la seguridad como el problema más importante que enfrenta su país, llegando al 32,5 por ciento.

   Esto obedece a que las sociedades reclaman seguridad, convivencia pacífica y el restablecimiento de los espacios públicos, sin verse expuestas al miedo y la restricción de sus movimientos.

   De este modo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) emitió un informe en el cual se establecían cuatro pilares básicos para mejorar los niveles de seguridad ciudadana: en primer lugar, invertir en prevención de factores de riesgo que afectan a sectores particularmente vulnerables de la población; en segundo lugar, reformar la policía, acercándola a la ciudadanía; en tercer término, reducir la impunidad, a través de reforzar la investigación criminal y la agilización de la justicia penal y, finalmente, fortalecer las instituciones estatales mejorando la coordinación entre agencias públicas.

NARCOTRÁFICO

   Según el Informe Mundial Sobre las Drogas del 2015 elaborado por Naciones Unidas, la cocaína sigue siendo la droga que mayor preocupación suscita en América Latina y el Caribe, siendo uno de los principales mercados de cocaína del mundo.

   Un mercado que además es sinónimo de crímenes como asesinatos o secuestros. Solo en México, 60.000 personas han perdido la vida entre 2006 y 2012 por el negocio de la droga, según Human Rights Watch.

   El informe de la ONU refleja que en Latinoamérica, el 1,3 por ciento de la población adulta consume cocaína, aunque la droga preferida por la mayoría es la marihuana, consumida por el 5,7 por ciento de la población adulta.