Actualizado 28/06/2009 20:49

Crisis repercute en lo profundo de la estepa de Mongolia

Por Jason Subler

BAYANCHANDMAN, Mongolia (Reuters/EP) - La ola de despidos en centros financieros como Londres y Nueva York se está extendiendo hasta lo profundo de los prados de Mongolia, donde los pastores están sufriendo porque el precio de la cachemira, una lana usada en trajes de lujo, se ha desplomado.

Una caída en la demanda de ropa fabricada con cachemira, debido a que banqueros, inversionistas, abogados y otros profesionales perdieron sus trabajos o sufrieron recortes salariales, ha dado paso a una baja del 50 por ciento en los precios de esa materia prima, minando los ingresos de los pastores de cabras de las estepas de Mongolia.

Eso es sólo la punta del iceberg del impacto que la crisis financiera internacional está teniendo sobre las personas de este vasto país sin salida al mar, encerrado entre Rusia y China.

Además de hacer caer los precios de la lana, la recesión económica en países como Corea del Sur significa que decenas de miles de mongoles que trabajan allí les están enviando menos dinero a sus familias, o que incluso están regresando a casa después de perder sus trabajos.

Y junto a la principal exportación del país, el cobre, y otros metales en baja comparados con los precios del año pasado, la construcción y otros gastos han disminuido, haciendo estragos en las arcas del Gobierno y en su capacidad de ayudar a los pobres.

Sereeter Damba, quien al igual que gran parte de la población es un pastor nómade, está buscando nuevas formas de mantener a su esposa y a sus 11 hijos ahora que sus 200 ovejas y cabras no valen lo que solían valer.

"Estoy buscando la forma de sembrar cultivos, algunos vegetales, porque no estoy ganando lo suficiente con mi ganado. Pero es difícil encontrar tierra donde hacerlo", dijo Damba, de 52 años, en un asentamiento en Bayanchandman, 70 kilómetros al noroeste de la capital Ulan Bator.

Mientras tanto, un préstamo de 500.000 tugrugs (355 dólares) está ayudando a su familia a arreglárselas en un momento en el que la inflación en Mongolia todavía supera el 12 por ciento después de llegar a un máximo de 34 por ciento el verano pasado.

Muchos otros no han sido tan afortunados. Encerrados entre las tasas de interés de dos cifras y los bajos precios de la carne y la cachemira, más y más pastores están siendo empujados a no pagar sus préstamos, forzándolos a renunciar a parte o a todo su tropel.

NADA DE EFECTIVO

Ese espiral descendente afecta a personas como Sambuugiin Saruul, un carpintero de 43 años de Bayanchandman quien ha sido testigo del fin de la demanda de sus cercos de madera y demás materiales para la construcción

"El año pasado, para este momento, tenía muchos encargos y la gente incluso me pagaba por adelantado. Este año, no es para nada como era. He recibido uno que otro encargo pero nada de dinero", dijo Saruul.

Saruul y su familia han tenido que recortar sus gastos en alimentos, haciendo sólo una comida completa al día. Al igual que muchos antes que él, Saruul está considerando mudarse a la ciudad para encontrar trabajo.

Según algunos cálculos, en Ulan Bator viven ahora casi la mitad de los casi 3 millones de habitantes de Mongolia. Muchos están concentrados por fuera de los distritos de la capital, donde el agua corriente y las cloacas son inusuales.

Sarunl Sambuu y su esposo se vieron forzados a mudarse allí en el 2000, cuando una feroz tormenta invernal, conocida como el "zud", mató su manada de 200 cabras y ovejas.

En los últimos dos años ellos volvieron a las praderas para trabajar como pastores, pero recientemente se resignaron a vivir en la ciudad, regresando a fines de mayo.

A la mayoría de las personas como Sambuu y su esposo les esperan panoramas oscuros, dijo Luvsandendev Sumati, director de la Fundación Sant Maral, una organización que realiza sondeos sobre temas económicos y sociales.

"El problema es que su capacitación laboral es muy baja. Ellos necesitan mucha formación, entrenamiento vocacional", dijo Sumati.

Con la escasez de trabajo y la elevada inflación, el salario real efectivo de los jornaleros en Ulan Bator cayó un 60 por ciento entre abril del 2008 e igual mes de este año, según dijo el Banco Mundial en un informe reciente.

DESPEGUE

Otrora protegido por una red de seguridad socialista durante los días en que Mongolia era un satélite soviético, los pobres son cada vez más incapaces de depender de lo que reciben del Estado, ya que los ingresos del Gobierno han caído en más de un 30 por ciento el año pasado de la mano del desplome de los precios de los metales.

Eso forzó al país a aceptar en abril un paquete de préstamos por 229 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un programa que el FMI dijo a comienzos de este mes que estaba avanzando adecuadamente.

Lo que será clave para recomponer la economía es un acuerdo con firmas mineras extranjeras para desarrollar la enorme mina Oyu Tolgoi de cobre y oro y el depósito de carbón Tavan Tolgoi, según dijo Arshad Sayed, el gerente del Banco Mundial para Mongolia.

Las negociaciones para el proyecto en Oyu Tolgoi en particular, que será desarrollado por Ivanhoe Mines y Rio Tinto, se han hecho interminables durante años porque el Gobierno viene buscando mejores términos para ayudar a sacar a su pueblo de la pobreza.

El producto interno bruto per cápita era de alrededor de 1.600 dólares en el 2008. Sólo el proyecto Oyu Tolgoi podría incrementar el PIB en un tercio, según algunos cálculos.

Pero sea lo que sea que pase con los acuerdos mineros o con la economía, Demchigiin Dorjdavga, un pastor del campo cerca de la capital Ulan Bator, espera seguir con el único modo de vida que conoce, mudándose de lugar en lugar junto a su esposa y su rebaño, su vivienda y su motocicleta.

"En la medida en que tengamos un poco de harina y arroz, no nos interesa tanto gastar en otras cosas", dijo Dorjdavga.

"Nací y crecí en las praderas. Pasé toda mi vida aquí, así que probablemente muera aquí también", agregó.