Actualizado 15/03/2019 11:39

Dos de los principales ríos iberoamericanos, gravemente afectados por el cambio climático

Ríos
WIKIPEDIA

   BUENOS AIRES, 15 Mar. (Notimérica) -

   Ha tardado en llegar, pero la ola verde por el cambio climático ya es un hecho en medio mundo. Tras la iniciativa de la joven sueca Greta Thunberg, líder del movimiento 'Fridays for Future' que trata de involucrar a los estudiantes en movilizaciones cada viernes, este 15 de marzo más de mil ciudades de 89 países se manifiestan para reclamar acciones urgentes por el medio ambiente.

   La preocupación por el rápido deterioro del ecosistema a causa de la actuación humana genera cada vez más conciencia. Ríos, mares y océanos están cada año más amenazados debido a las malas prácticas de las personas y a la gran cantidad de residuos que los seres humanos generan. En concreto en Iberoamérica, dos ríos están especialmente amenazados: el río Grande, que atraviesa México y Estados Unidos, y el río de La Plata, en Sudamérica.

   El banco HSBC publicó en 2012 un estudio que aseguraba que para 2050 "las economías de los principales deltas fluviales supondrán un cuarto del PIB mundial, pero sólo si se toman medidas para asegurar sus cauces y ecosistemas". Sin embargo, la realidad es que hay varios factores que afectan gravemente a los cauces fluviales. Uno de los más graves es el deshielo de los polos. Tradicionalmente la nieve ha sido la reserva de los ríos para los meses más secos, pero el deshielo por el aumento de las temperaturas está haciendo que en vez de en forma de nieve lo que ocurra ahora es que llegue a los ríos una mayor cantidad de agua en cualquier estación del año.

   Este hecho implica que los cauces se desborden, provocando fuertes inundaciones y riesgos para las poblaciones ribereñas, por ejemplo. Además, la mayor explotación de los recursos hídricos afecta cada vez en mayor medida a la calidad del agua de los ríos.

   Ante la amenaza que sufren los ríos, la organización Worls Wildlife Fund (WWF) ha publicado un listado de aquellos que son más vulnerables. A los dos iberoamericanos hay que sumar el río Salween, que recorre China, Birmania y Tailandia; el río Danubio, que cruza 19 países del centro de Europa; el río Ganges de Nepal, India, China y Bangladesh; el Nilo, que atraviesa diez países del este africano; y el río Yangtsé, también de China.

LA PLATA

   El Río de La Plata atraviesa cinco países sudamericanos --Bolivia, Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay-- y se calcula que nutre a más de cien millones de personas gracias a sus tres afluentes. El río Paraná, el río Paraguay y el río Uruguay son los tres principales brazos de este gran río que da vida a más de 350 especies de peces. De ellas, por cierto, 85 solo existen en esas aguas.

   Además, el Gran Pantanal de La Plata es el humedal más grande del mundo y la cuenca del propio río cuenta con miles de lagos que contienen "la comunidad de plantas flotantes más diversa del planeta", según el informe del WWF.

   El alto nivel de contaminación fluvial, sumado a que incesantemente se realizan obras para facilitar la navegación por el mismo y la sobrepesca, están deteriorando la diversidad de la zona. Para estudiar posibles acciones y fomentar el diálogo con las autoridades se creó en 2010, bajo el auspicio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), una iniciativa formada por miembros de diferentes ONGs de los cinco países que, hasta la fecha, no ha tenido grandes resultados.

RÍO GRANDE

   El Río Grande recorre Estados Unidos y México y es fundamental para diez millones de personas. En sus aguas viven 121 especies de peces --69 de ellas únicas allí-- y su cuenca posee "tres áreas con aves endémicas y una gran diversidad de moluscos". El Grande atraviesa una de las zonas más pobres de EEUU donde, según WWF, "las personas se ven obligadas a vivir en condiciones poco salubres en torno al río". "a cuenca se encuentra ya en situación de escasez, con muchos de sus habitantes sin acceso a agua potable", alerta la organización, que estima que en 2015 la escasez sea ya extremadamente grave.

   Aunque varias organizaciones trabajan desde hace años en paliar los devastadores daños que afronta el río Grande y en revitalizar diferentes áreas de su cuenca, también alertan de que el muro que el presidente norteamericano, Donald Trump, pretende construir en la frontera entre ambos países "destruiría humedales y alteraría los hábitats de especies del Río Grande".