Publicado 03/07/2016 09:59

Drogas, extorsión y violencia, el día a día de cada vez más menores salvadoreños

Menores de edad
REUTERS

   SAN SALVADOR, 3 Jul. (Notimérica) -

El Salvador es considerado uno de los países más conflictivos del mundo y los menores de edad salvadoreños, que no viven ajenos a esta triste realidad, crecen inmersos en un complicado clima de violencia, drogas e inseguridad.

   Así, en los últimos ocho años, el número de adolescentes y jóvenes atendidos en centros de inserción social por el delito de posesión y tenencia de drogas ha aumentado en un 188 por ciento, pasando de 69 atendidos en 2008 a 199 en 2015.

   Este incremento se acentuó a partir del año 2013 y ya en 2015 la tenencia de drogas se convirtió en la tercera causa de internamiento, por detrás de los delitos de homicidio y extorsión, según los datos del Instituto Salvadoreño de Protección Integral de la Niñez y Adolescencia (Isna) recogidos por el diario salvadoreño 'El Mundo'.

   Sin embargo, en cuanto a la cantidad de delitos perpetrados por los menores salvadoreños entre 2013 y el primer semestre de 2015, tener drogas se posicionó en el primero de la lista con 1.860 casos registrados por la Corte Suprema de Justicia (CSJ), por delante de la posesión de armas de fuego (1.007), la extorsión (948), homicidio agravado (795), robo agravado (716) y asociación ilícita (711).

   Por parte del Isna, de los 1.465 adolescentes y jóvenes en conflicto con la ley registrados en 2015, 420 cumplían medidas por homicidio; 393 por extorsión; 199 por comercio, posesión, tráfico y tenencia de drogas y 108 por tenencia, portación o conducción ilegal de armas de fuego.

   De acuerdo al coordinador de la Unidad de Justicia Juvenil (UJJ), Óscar Alirio Campos, la posesión de estupefacientes por parte de menores generalmente está vinculada a otros delitos tales como el tráfico, la extorsión y el uso de arma, funcionando todos ellos de forma "compartimentada" dentro de las estructuras delincuenciales.

   Esto indica que los menores de edad son utilizados por las organizaciones criminales del país para que sean más jóvenes los que asuman mayores riesgos a la hora de realizar sus actividades delictivas.

   "Hay una situación en menores de edad que termina de confirmarse (...) con delitos donde se usa el concepto "compartimento", es decir, que permite que por una actividad unos sean capturados, pero como están compartimentadas ciertas actividades, ya no se puedan capturar a los demás, y eso a veces garantiza impunidad para unos y determina que el castigo solo queda en uno. Eso ocurre mucho en los delitos de extorsión, fácilmente uno puede amenazar a otro y decirle: andá a traerme esto, tu familia va a ser dañada, andá a traerme esta droga o esta arma a tal lugar, un señor te va a dar este paquete", señala Campos.

   Así, la justicia salvadoreña en ocasiones comete el error de centrar sus esfuerzos en identificar a estos menores que están siendo utilizados en vez de descubrir a los autores intelectuales de los delitos.

   "Muchos jóvenes han tenido que callar, asumir el peligro y en su caso se han declarado responsables, y si nuestras instituciones de persecución no han ido más allá de solamente la mera detención de quien llegó a dar el paquete, al que agarraron con X droga, el problema sigue, el comercio de droga sigue, los grandes traficantes siguen, los extorsionistas siguen y al final sí se capturó a alguien pero el caso no lo resuelven", comenta al respecto.

   Es por ello que Campos sugiere una persecución penal especializada, donde los funcionarios conozcan a fondo la problemática, la Ley Penal Juvenil y los convenios internacionales en la materia, "que sepan que en este fenómeno están haciendo uso de nuestros niños y están abusando de ellos y no estamos teniendo la visión de largo alcance. Llenaremos de niños nuestras cárceles, pero el problema sigue".