Actualizado 18/01/2011 18:13

EEUU.- La congresista Giffords está haciendo buenos progresos, según su marido


WASHINGTON, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

Mark Kelly, marido de la congresista demócrata Gabrielle Giffords, asegura que ésta está haciendo buenos progresos después del impacto de bala que recibió en la cabeza durante el tiroteo del pasado 8 de enero en Tucson, Arizona.

Concretamente, Kelly asegura que su esposa le dio desde la cama un masaje en el cuello durante 10 minutos. "Es típico en ella que no importe cómo de mala pueda ser la situación para ella (...) siempre se está preocupando por los demás", dijo en declaraciones al canal ABC. Este astronauta de la NASA le ha recordado a la congresista que necesita descansar porque todavía se encuentra en cuidados intensivos.

De esta forma coincide con el cirujano Michael Lemole, quien aseguró el lunes que la paciente se recupera bien de la intervención en la que se le retiraron fragmentos óseos de la cuenca del ojo.

El domingo los médicos rebajaron la condición de Giffords de "crítica" a "grave", pues consiguieron desconectar con éxito la respiración asistida.

Por otro lado, Kelly expresó su deseo de reunirse con los padres del presunto autor del tiroteo, Jared Lee Loughner, quienes emitieron un comunicado para trasladar su profundo rechazo.

DISCULPAS POR LAS AMENAZAS

Uno de los heridos en el incidente, James Eric Fuller, ha pedido perdón por haber amenazado de muerte al líder del movimiento ultraconservador Tea Party, Trent Humphries, durante una reunión del Ayuntamiento de Tucson que fue retransmitida por televisión.

Fuller recibió un disparo en una rodilla. En un comunicado ha admitido que su actitud estuvo "fuera de lugar". "No correspondía con el espíritu de lealtad y sentimientos de cercanía de unos hacia otros como ciudadanos de este gran país", ha recogido la BBC de dicho escrito.

Fuller fue detenido bajo los cargos de alteración del orden público y amenazas, y posteriormente sometido a un examen mental después de sus pronunciamientos.

El ataque ha abierto un debate a nivel nacional sobre si el tono vitriólico utilizado por algunos políticos en Estados Unidos en los últimos años podría haber contribuido a las motivaciones de Loughner, de 22 años de edad.