Actualizado 23/06/2009 17:32

Equipo búsqueda Air France aún no halla caja negra

PARIS (Reuters/EP) - Investigadores aún no ubican las cajas negras del avión de la aerolínea Air France que se estrelló este mes, expresó el martes la autoridad francesa de accidentes aéreos (BEA), tras conocerse un reporte que decía que se habían localizado señales de las grabadoras.

El sitio web del diario francés Le Monde reportó que se habían detectado señales y que se envió un mini submarino para intentar hallar las grabaciones de la caja negra que contendrían claves vitales para explicar el accidente del 1 de junio, que causó la muerte de 228 personas.

Pero una portavoz de la BEA destacó que muchos sonidos pueden ser escuchados desde el lecho marino y los investigadores no estaban seguros de que lo que habían detectado proviniera de las "cajas negras" del avión.

"No se han validado señales que hayan sido transmitidas por las balizas de localización de las grabadoras de vuelo", expresó a través de un comunicado.

"En el contexto de las búsquedas marinas que se están realizando, el trabajo es emprendido sobre las bases regulares de que apunta a eliminar cualquier duda relacionada con cualquier sonido que pueda ser oído y cualquier hallazgo será hecho público", precisó.

Todos los que viajaban a bordo del vuelo 330 de Air France murieron cuando se estrelló en el Atlántico durante su viaje desde Río de Janeiro a París.

Una portavoz de BEA destacó que se pueden detectar muchos sonidos en el lecho marino y agregó que los investigadores habían identificado numerosas señales que resultaron ser pistas falsas.

Balizas ubicadas en las grabadoras de vuelo, conocidas como "pingers", envían un impulso electrónico cada segundo durante al menos 30 días. La señal puede ser escuchada hasta a 2 kilómetros de distancia.

Entre las embarcaciones francesas involucradas en la operación de búsqueda figuran un submarino nuclear con avanzado equipo de sonar y un equipo de investigación con mini submarinos.

La ubicación remota en el Atlántico, así como la profundidad y superficie del suelo oceánico, han hecho la búsqueda especialmente difícil y los restos podrían encontrarse en una profundidad de entre 1 y 4 kilómetros.