Publicado 22/05/2019 14:06

"La escuela del terror", el entrenamiento para convertirse en sicario del Cártel Jalisco Nueva Generación

Canibalismo Cartel Jalisco Nueva Generación
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   CIUDAD DE MÉXICO, 22 May. (Notimérica) -

   El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) tiene un poder incalculable, las autoridades mexicanas aseguran que tienen presencia en 28 de las 32 entidades federativas del país y la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) señala que se han expandido internacionalmente.

   Recientemente se ha dado a conocer la historia de un hombre, quien por "casualidad" o "mala suerte" se convirtió en un sicario del CJNG. En una entrevista para la cadena de televisión Telemundo, un hombre denominado 'Francisco' --el nombre que ha elegido para proteger su identidad--, relató cómo fue engañado en 2018 para trabajar supuestamente como guardia de seguridad, cuando en realidad fue reclutado para el CJNG como sicario.

   Para ello tenía que aprender en lo que él llama la "escuela del terror", el cruel entrenamiento donde el objetivo era deshumanizarlo, lo enseñaron a matar, descuartizar y hasta comer carne humana. Sobre él sólo permite decir que tiene 34 años, un hijo y que en su vida anterior trabajó en una fábrica de galletas.

   'Francisco' asegura que pasó tres meses en el campo de entrenamiento del CJNG, donde aprendió a manejar armas cortas y largas, a tender emboscadas, a respetar las reglas, a no ser cotilla y también a matar. "Ves cómo matan a la gente, pruebas la carne humana, vives el terror", asegura.

   Cabe indicar que hasta el momento su declaración es la única que hay y no ha sido posible confirmarla con otros testigos, sin embargo su testimonio coincide con tácticas descritas por exagentes de seguridad de México y Estados Unidos.

INICIO DEL TERROR

   Según su relato, el terror comenzó en abril de 2018 En un bar de un estado del sur de México, un desconocido se le acercó, le dijo que se había quedado sin dinero y le pidió el favor de llevarle en su vehículo. Francisco le trasladó en su coche y al llegar al destino, el desconocido sacó dinero de un cajero y le pidió su número de teléfono: "Te voy a marcar, me caíste bien".

   'Francisco' no sabía aún quién era este desconocido. Después sabría que era uno de los hijos de Nemesio Oseguera, alias 'El Mencho', líder del CJNG. Al poco tiempo, tal y como prometió, le contactó. Quería ofrecerle un empleo como guardia privado de seguridad en Villahermosa, estado de Tabasco. Pagaban 3.500 pesos (unos 184 dólares) por semana más viáticos y gastos. Todo pagado, incluso las cuatro semanas de entrenamiento. Francisco aceptó. Le pidieron el acta de nacimiento y un número de cuenta para recibir el salario.

   Un día después acordaron verse en una estación de autobuses, donde llegaron más personas de diferentes oficios y edades. A las seis de la tarde, la persona que dirigía la expedición dijo: "¡Vámonos!" Partieron rumbo a Puerto Vallarta, Jalisco y en dos ocasiones les preguntaron si querían continuar: "Para quien se suba al autobús, ya no hay vuelta atrás".

   Al llegar a su destino, otro hombre les confesó la verdad. "Ustedes no van para guardias. Van a trabajar para el Cártel Jalisco Nueva Generación", relata. Uno de los compañeros de 'Francisco' protestó por no haberles dicho la verdad, y la contestación fue clara: "Si te quieres ir, anda, vete --y cortó cartucho con la pistola--. Aquí la única forma de que te vayas es con las patas por delante. El que se quiera ir detrás de él, que lo diga ahorita. No estamos para jugar", dijo el miembro del cártel.

   "Entonces ahí entendí y entendimos todos que estábamos metidos en un gran problema. No sabes lo que va a venir, pero te tienes que quedar callado y muy serio porque podrían tomar a mal cualquier gesto", recuerda 'Francisco'.

   Este pensó en las noticias y lo que sabía eran capaz de hacer esos hombres, así que pensando en su hijo decidió quedarse. Después de la muerte del primer joven recluso iniciaron "el bautismo", todos se acercaron al cuerpo y el jefe de plaza comentó: "¿Cuál es la primera regla? Si no hay cuerpo, no hay delito que perseguir".