Publicado 25/01/2018 10:11

Google celebra a la escritora Virginia Woolf con un 'doodle' mundial

VIRGINIA WOOLF
GOOGLE

   MADRID, 25 Ene. (Notimérica) -

   Se llamaba Adeline Virginia Stephen, pero su importantísima contribución al mundo de la novela moderna y a la literatura del siglo XX aparece bajo la firma de Virginia Woolf. Su obra más conocida, y la primera, fue 'Fin del viaje' (1915), que junto con su amplia colección de escritos le han valido, hasta la actualidad, el reconocimiento internacional.

   Este jueves, Google dedica su portada internacional a la autora, a la que muestra en su 'doodle' a través de una delicada ilustración que muestra a Woolf con semblante triste y serio, mirada perdida y rodeada de hoja secas, un detalle inspirado seguramente en la naturaleza en la que se veía rodeada en sus paisajes de infancia en su casa de Conualles.

   La imagen, inspirada en las ilustraciones de principios del siglo XX, hace referencia al carácter depresivo de la autora, diagnosticada de un trastorno bipolar de la personalidad años después de la sorpresiva muerte de su madre, cuando ella solo era una adolescente, y que se intensificó con la muerte de su hermanastra Stella y de su padre.

   Rodeada desde la niñez de literatura y de grandes intelectuales --su padre, sir Leslie Stephen, era crítico literario, y su madre, Julia Duckworth, descendiente de una importante familia de editores--, Virginia Woolf nunca abandonó sus trabajos literarios hasta su muerte.

   Escribió críticas y artículos para el diario 'The Guardian' y para 'The Times', fundó junto a su marido --el economista Leonard Woolf, de quien tomó su apellido-- la editorial Hogarth Press, la cual publicaría a la propia Virginia y a escritores como Katherine Mansfield o T.S Elliot.

   La autora de 'Una habitación propia' (1929) o 'Las olas' (1931), decidió junto a su marido --quien era judío-- que, de ser Inglaterra invadida por Alemania durante el transcurso de la II Guerra Mundial, se suicidarían juntos. Sin embargo, el 28 de marzo de 1941 Virginia Woolf se vistió y se llenó los bolsillos de piedras. Se adentró en el río Ouse hasta que su corriente se la llevó, dejando dos cartas: una para su hermana Vanessa Bell y otra para su marido.

    Encontraron su cuerpo tres semanas después. Su marido decidió incinerarlo, y sus cenizas descansan esparcidas sobre el jardín de la casa que ambos compartían.