Actualizado 06/04/2015 10:12

Guatemala demanda a EEUU por infectar a sus ciudadanos con sífilis

Niños guatemaltecos
Foto: REUTERS

GUATEMALA, 5 Abr. (Notimérica) -

   Una demanda puesta en marcha por ciudadanos guatemaltecos señala que huérfanos, niños y enfermos mentales fueron infectados intencionadamente y sin su consentimiento con sífilis y otras enfermedades.

   La demanda, presentada esta semana contra la Universidad estadounidense John Hopkins y contra la Fundación Rockefeller acusa a ambas instituciones de colaborar en el desarrollo de experimentos que de manera intencionada, contaminó a miles de ciudadanos guatemaltecos con sífilis y otras enfermedades sin su consentimiento, y que además, a muchos se les negó el tratamiento.

   Más de 700 personas han presentado en Guatemala el texto, argumentando que la fundación Rockefeller financió la investigación de John Hopkins en cuestiones de salud pública, según ha publicado 'Telesur'.

   Además, Hopkins empleó a los científicos encargados de supervisar los experimentos de Guatemala llevados a cabo entre los años 1945 y 1956.

   Durante los experimentos, se utilizó preferentemente a prostitutas enfermas de gonorrea o sífilis para contagiar a individuos privados de libertad, soldados o pacientes de manicomios. Al comprobarse que eran muy pocos los hombres que se habían contagiado, se pasó a la inoculación directa, inyectando la bacteria de la sífilis en el pene, el brazo o la espalda de las víctimas. Médicos estadounidenses, por otra parte, reconocieron la falta de ética al experimentar con seres humanos.

   En octubre de 2010, el Gobierno de Estados Unidos reconoció los sucesos, que consideró abominables y gravísimos, y se disculpó públicamente por éstos, con una inusual excusa presentada por la secretaría de Estado al pueblo guatemalteco.

   Junto con el reconocimiento de culpabilidad, Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, sostuvo comunicación telefónica con el ex presidente guatemalteco Álvaro Colom, expresando su profundo pesar por lo sucedido y pidiendo perdón. En Guatemala, la opinión pública ha considerado los hechos como un crimen de lesa humanidad.