Actualizado 19/08/2009 03:14

Guatemaltecos ilegales son deportados a la pobreza desde EEUU

Por Sarah Grainger

CIUDAD DE GUATEMALA (Reuters/EP) - Luis Hernández ganaba 22.50 dólares por hora y compartía un moderno departamento mientras trabajaba como empleado de construcción en Estados Unidos, pero fue deportado a Guatemala donde ahora vive en una choza, en un barrio asediado por pandilleros.

Sin dinero y enfrentando la realidad de haber sido arrestado y enviado a su país el mes pasado, Hernández se encuentra dentro del creciente número de inmigrantes ilegales deportados desde Estados Unidos.

Con una escasez de trabajos formales con paga decente, los deportados se convierten en reclutas fáciles para las pandillas y los cárteles de la droga que hacen de Guatemala uno de los países más violentos en Latinoamérica.

"Hay trabajo pero no paga bien. Esta área está en malas condiciones por los bajos salarios que ofrecen", dijo Hernández, de 30 años, quien desde Salt Lake City enviaba dinero a su esposa y sus dos hijos.

Fue enviado a casa con sólo un cheque de 10.21 dólares que le dieron en la prisión de Utah y que no pudo cambiar. Los empleos es su maltrecho barrio suelen pagar unos cuantos dólares diarios.

"Sino encuentro un trabajo que pague suficiente para mantener a mi familia, no sé qué voy a hacer", dijo Hernández mientras sus hijos veían el televisor en un cuarto aledaño.

Los trabajadores indocumentados, atrapados al momento de cruzar la frontera o durante operativos policiales, son deportados en nueve o diez vuelos charter diarios en la semana laboral, la mayoría con destino a Sudamérica, Centroamérica y el Caribe.

La fuerte deuda que contraen para pagar a los traficantes de personas, y el hecho que durante su estancia mandan a sus países el grueso de sus salarios, significa que muchos de los deportados regresan más pobres que cuando se fueron.

BATALLANDO PARA ADAPTARSE

Unos 12 millones de inmigrantes ilegales viven y trabajan en Estados Unidos, de los cuales unos 2 millones nacieron en países pobres de Centroamérica.

El número y la frecuencia de las deportaciones ha venido aumentando firmemente, al tiempo que los gobiernos de Estados Unidos han venido respondiendo a la presión de las demandas para endurecer sus medidas contra la inmigración ilegal.

En el 2008, la agencia de aduanas e inmigración de Estados Unidos deportó a casi 30,000 guatemaltecos, cifra 21 por ciento mayor a la del 2007, y para este año la tendencia sigue.

Aún espantada por la guerra civil de 36 años que finalizó en 1996, Guatemala está mal equipada para lidiar con los miles de personas que regresan desempleadas a una economía tambaleante.

Las tasas de criminalidad se encuentra por los cielos. El año pasado el país registró 6,000 asesinatos en una nación de sólo 13 millones de habitantes.

Los cárteles de la droga mexicanos, que están bajo presión por una campaña del Gobierno de México en su contra, han mudado algunas de sus operaciones a Guatemala, en dónde buscan nuevos reclutas.

El dinero que se gana por ser chofer, sicario o cuidador de los cárteles es seductor en un país donde los salarios son lamentables.

Carlos Aguilar, de 26 años, ganaba 600 dólares semanales dando mantenimiento a un campo de golf en Naples, Florida, pero ahora de regreso en su país se embolsa 40 dólares semanales en la granja cafetalera de un tío.

Deportado junto a otros 90 guatemaltecos luego de una década en Estados Unidos, Aguilar está encontrando difícil adaptarse, especialmente por haber dejado a su esposa e hijas en Florida, donde son residentes legales.

"No hay la salida, y es preocupante que no tienes nada, no tienes medios de ganar para tu comida, cómo sobrevivir, es muy diferente porque allá tú sabes que cada semana tienes tu cheque, y cualquier banco ofrece crédito", dijo.

CAIDA EN REMESAS

Las deportaciones también son un golpe para los familiares que han financiado el viaje al norte de los inmigrantes.

El viaje ilegal a Estados Unidos puede costar una pequeña fortuna. Muchas familias se endeudan con miles de dólares para pagar a los llamados "coyotes" para que lleven a un familiar a través de México hasta suelo estadounidense.

Con la economía estadounidense en recesión y las deportaciones en aumento, la cantidad de dinero enviada por los trabajadores ilegales a Guatemala va en caída.

En los primeros cinco meses del 2009, las remesas, que representan una décima parte de la economía guatemalteca, cayeron casi un 10 por ciento a tasa anual a 1,590 millones de dólares.