Actualizado 27/04/2016 18:21

¿Hay libertad de prensa en Iberoamerica?

Prensa
FREEDOMHOUSE.ORG/
  

   MADRID, 27 Abr. (Notimérica) -

   La libertad de prensa en el mundo cayó en 2015 a su nivel más bajo, donde en solo un 13 por ciento de los 199 países analizados la gente goza de un libre acceso a la información, habiendo un fuerte descenso en países como México, Ecuador o Nicaragua.

   Mientras, el 41% tiene acceso a prensa "parcialmente libre" y el 46% no goza de libertad de prensa, según el informe anual publicado hoy por la organización independiente Freedom House.

   Entre ese 46 por ciento de países que no cuentan prensa libre se encuentran Cuba --91 sobre 100, siendo 100 la peor puntuación--, Venezuela (80), Honduras (67), Ecuador (66) y México (64).

   Por contra, los países iberoamericanos y del Caribe en donde mayor libertad de prensa hay son, en orden descendente, Santa Lucía, Costa Rica, San Vicente y las Granadinas, Barbados, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Bahamas, Belice, Granada, Uruguay, Dominica, Trinidad y Tobago, Suriname y Chile.

   Traduciendo estas cifras, el informe desvela que solamente 16 países de la región "ofrecen una eficiente cobertura política, los periodistas gozan de seguridad, el intrusión del Estado en los medios de comunicación es mínima y la prensa no esta sujeta a intereses legales o económicos".

   En términos globales, "solamente una de cada siete personas tienen acceso a una prensa libre".

   Por su parte, Paraguay, Guatemala, Colombia, Nicaragua, Haití, Argentina, Bolivia, Perú, Panamá, Brasil, República Dominicana, El Salvador, Guyana y Antigua y Barbuda poseen una prensa parcialmente libre.

   El organismo atribuye este fuerte descenso a dos factores esenciales: el aumento del "partidismo y de la polarización" por parte de los medios, así como el grado de "intimidación y violencia" que sufren los profesionales en determinados países.

MÉXICO, SITUACIÓN CRÍTICA

   Eso sí, en México, Brasil y Colombia, existe un fuerte periodismo de investigación que trabaja "por profundizar en algunos graves problemas que sufren los países tales como la corrupción o la fuerza del crimen organizado", a sabiendas de "poner su vida en peligro".

   Sobre todo en México, donde según detalla el informe, los periodistas que cubren dichos campos llevan 10 años enfrentándose a niveles extremos de violencia y a un Gobierno incapaz o sin intención de afrontar el problema.

En 2015, al menos cuatro periodistas en el país fueron asesinados, cifra que se sitúa en tres si observamos los dos primeros meses del presente año. Los estados de Veracruz y Oaxaca son algúnos de los de mayor riesgo debido a la fuerte presencia del crimen organizado.

   Desde 2010, año en el que Javier Duarte de Ochoa asumió la gubernatura del Estado, al menos 12 periodistas han muerto en Veracruz.

   Otro dato preocupante es la discriminación que sufren las mujeres periodistas, quienes a menudo son "víctimas de violencia sexual" mientras que las autoridades son reacias a aceptar que dichos ataques son consecuencia de su trabajo.

   Como consecuencia de todo ello, así como de la impunidad que gozan los autores de los delitos contra la prensa, en México se ha produjo en 2015 un descenso del interés de formar parte del mundo de la comunicación.

   Algo similar sucede en Ecuador, donde se ha producido un descenso de ocho puntos desde 2011 a causa de una "fuerte concentración de la propiedad de los medios y del aumento de la censura".

   En 2013, el Gobierno ecuatoriano promulgó la 'Ley de Comunicación' que permitió la regulación de los medios menos invasivos y la autocensura, la intimidación y las sanciones ponen en jaque a la libertad de expresión.

   En Nicaragua, con prensa "parcialmente libre", el declive se debe a un "generalizado y cada vez más sistemático acoso" a los periodistas y a los efectos de un "duopolio televisivo en diversidad de contenido".

   Los periodistas nicaragüenses a menudo sufren la "presión de la Policía" y otras autoridades cuando han tenido que cubrir manifestaciones u otros eventos. También han visto "obstaculizado su trabajo cuando han querido cubrir el proyecto del canal interoceánico".

   "El sector de la televisión sigue estando dominado por un duopolio que tiende a favorecer al gobierno, y los críticos han argumentado que las decisiones reglamentarias tienen una motivación política o arbitraria, al igual que con el abrupto cierre de 2015 emisora 'Voz de Mujer'", expone el informe.

   Estos países son los tres del continente donde más preocupa el descenso de la libertad de prensa.

   Pero México no es el único país donde ser periodista se ha convertido en profesión de riesgo. Brasil es considerada "una de los democracias más peligrosas" para trabajar en medios de comunicación. Prueba de ello, los al menos seis periodistas asesinados el año pasado.

   En el caso de Argentina, tradicionalmente ha habido un fuerte "antagonismo" entre los gobiernos de izquierdas (como el 'kirchnerismo') y la prensa conservadora, tendencia que aparentemente iba a cambiar con la llegada de Mauricio Macri a la Casa Rosada.

   Sin embargo, el presidente socavó Ley de Medios de Kirchner del 2009, decreto que transfiere poderes de supervisión de las dos agencias reguladoras. Este paso llevó a algunos observadores a cuestionar el compromiso de la nueva administración para garantizar la aplicación de la reglamentación imparcial.

NIVEL GLOBAL

   La nota media global en libertad de prensa de 2015 fue 48.90, la más baja desde 2004, 12 años en los que la situación ha empeorado informe tras informe con un ligero repunte en 2011 y 2012.

   Los diez países y territorios del mundo con menos libertad de prensa son Corea del Norte (puesto 97), Turkmenistán (96), Uzbekistán (95), Crimea (94), Eritrea (94), Cuba (91), Bielorrusia (91), Guinea Ecuatorial (91), Irán (90) y Siria (90).

   El informe expresa una preocupación especial por el declive de la libertad de prensa en Egipto, Francia, Serbia y Turquía durante el año 2015, además de en México, Ecuador y Nicaragua.

   Francia, el único país con "prensa libre" de esa lista, está a la cabeza de una nueva tendencia en Europa, donde los periodistas afrontan "inusuales niveles de presión por parte de terroristas (sobre todo, tras el atentado contra el semanario satírico, Charlie Hebdo) y, hasta cierto punto, de sus propios Gobiernos".