Actualizado 19/01/2015 13:18

La historia de una brasileña que sobrevivió al Tsunami gracias al buceo

Antes y depués del tsunami
Foto: REUTERS/EP

SAO PAULO, 27 Dic. (Notimérica) -

   Karina Dubeus, una médica brasileña que pasaba con su marido unas vacaciones en Phi Phi, un pequeño archipiélago del sur tailandés, sobrevivió al Tsunami de 2004 en Tailandia gracias a una expedición de buceo que tenía prevista para ese mismo día.

   El 26 de diciembre de 2004, Karina y su marido, Isac Szwarc, tenían prevista una expedición de buceo en Koh Bida Nok. El barco que les iba a llevar hasta esa pequeña isla llegó 30 minutos tarde de lo previsto, por lo que Karina se mostró bastante molesta.

   El barco, que llevaba a otros dos turistas, tres guías y una fotógrafa finlandesa, finalmente zarpó y los llevó hasta la pequeña isla, deshabitada, formada por una piedra caliza que surge mágicamente del mar. Bajo el agua se puede encontrar coloridos arrecifes coralinos, peces de todas clases e hipocampos.

   Por entonces, Dubeux tenía 41 años y buceó allí durante media hora más o menos. Cuando volvía, hizo una parada a cinco metros de la superficie, un procedimiento de rutina en el buceo. Fue ahí cuando la brasileña tuvo la primera señal de que algo ocurría.

   "Empecé a rodar junto a mi marido y el guía de buceo. Golpeaba contra ellos como si fuese una batidora, un remolino", cuenta Dubeux a BBC Mundo. "Golpeaba contra las piedras".

   Al llegar a la superficie, notó una corriente fuerte de agua, contra la que nadó hasta el barco. El capitán del barco nunca vió la ola pues estaban situados detrás de una piedra en una bahía que les protegió. Cuando todos estaban de vuelta a bordo, pasó otro barco con dos tailandeses que gritaban desde la distancia.

   Uno de ellos decía que su propio barco acababa de ser destruido por una ola gigante y que los siete turistas a los que trasladaba cayeron al mar.

   Ese hombre fue rescatado por otro navegante, pero los turistas desaparecieron en el mismo lugar donde Dubeux y su marido iban a hacer la siguiente escala de buceo.

   "Si no hubiera habido esa media hora de retraso (al salir) estaríamos en esa playa y nos habría pasado lo mismo que a los turistas, que murieron", reflexiona Dubeux, según cuenta BBC Mundo.

   Poco después recibieron un alerta por radio sobre una gran ola que había roto un muelle del hotel, por lo que Dubeux y el resto de los buceadores tuvieron que nadar 150 metros para llegar a la costa. El mar estaba revuelto, con barro y con pedazos de cocotero flotando.

   EL hotel donde se hospedaban tenía una protección geográfica que evitó daños mayores, aunque ella recuerda algunos destrozos, como un barco que había sido arrastrado por la corriente y se había quedado encallado en la recepción del hotel.

   Ambos fueron a la habitación a descansar cuando un empleado del hotel alertó sobre otra ola gigante. Entonces fueron al punto más alto del hotel, el restaurante.

   Allí encontraron varios heridos a los que atendieron sin dudarlo. Llegaron más heridos del otro lado de la isla, donde habían muerto cientos de personas. Unos tenían excoriaciones, otros politraumatismos, otros hematomas, pero ninguno parecía amenazado de muerte.

   Karina regresó tres días más tarde de la tragedia a Brasil, y ahora asegura que "más que nunca creo que la vida es un regalo".

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