Actualizado 04/08/2016 09:16

Una historia que estremeció al mundo, dos años del suicidio de Sergio Urrego

Recordamos al estudiante colombiano Sergio Urrego tras 4 años de su suicidio
REUTERS

   BOGOTÁ, 4 Ago. (Notimérica) -

"Mi sexualidad no es mi pecado, es mi propio paraíso": es el mensaje que todavía se lee en el muro de Facebook del estudiante colombiano de 16 años Sergio Urrego que se quitó la vida hace dos años tras ser víctima de homofobia en el colegio en el que estudiaba.

   Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 40 segundos, en alguna parte del mundo una persona se suicida. Urrego lo hizo el 4 de agosto de 2014.

   El suicidio entre jóvenes lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBT) es comparativamente más alto que entre la población en general, principalmente debido a la cultura heterocéntrica y la homofobia institucionalizada.

   Iberoamérica está avanzando poco a poco en la inclusión de este colectivo aunque, de momento, solo Bolivia y Ecuador protegen la igualdad constitucional para este grupo.

   Bolivia cuenta desde este lunes con una nueva Ley de Identidad de Género que permitirá a las personas transgénero modificar su nombre y su sexo en los documentos oficiales, una iniciativa de la que podrían beneficiarse al menos 2.000 personas durante los próximos seis meses.

      Sergio Urrego estudiaba en Gimnasio Castillo Campestre, lugar en el que --de acuerdo a varias cartas que dejó como testimonio-- los directivos y personal vinculado a ellos lo discriminaron por su orientación sexual, conclusión a la que se llegó por los indicios que apuntarían a que su muerte estuvo fuertemente relacionada con la discriminación que vivió en el colegio por ser gay.

   Tras su muerte, varias semanas después, los medios de comunicación hicieron eco del suceso del cual el Gobierno Nacional colombiano y la Fiscalía General de la Nación manifestaron estar investigando el caso, el cual generó protestas de rechazo nacional e internacional hacia quienes lo descriminaron, específicamente, el colegio en el que Urrego estudió, según informó 'El Espectador'.

   Sin embargo, el estudiante colombiano fue acusado de haber abusado sexualmente de su pareja, hecho del cual los padres de Urrego intentaron limpiar su nombre. Es por ello que antes de morir la víctima dejó una carta en la que explicaba que a pesar de ser acusado de abuso sexual, las inculpaciones eran falsas.

   "Esta carta se ha escrito con el fin de esclarecer ciertos datos acerca de la denuncia de acoso sexual que han puesto los padres de mi expareja. Lo hago de manera escrita debido al suicidio que he cometido y porque no quiero que los 16 años de vida que tuve se hallen con una oscura mancha llena de mentiras", dejó escrito Urrego una hora antes de suicidarse.

   Todo ocurrió a partir de una foto que tenía en su teléfono móvil con su novio dándose un beso, imagen que llegó al conocimiento de un profesor, el cual elevó el asunto a la directiva de la institución, donde los jóvenes fueron llamados a "Psicorientación".

   En estas sesiones les dijeron que estaban cometiendo una falta grave, ya que el manual de convivencia decía que "las manifestaciones de amor obscenas, grotecas o vulgares en las relaciones de pareja dentro y fuera de la institución estaban prohibidas", además de tener que estar autorizadas por los padres.

   Una vez los padres de Urrego fueron conocedores de la situación, estos le defendieron ante el colegio, mientras, los progenitores del novio no reaccionaron de la misma forma: se escandalizaron, aislaron a su hijo y lo retiraron de las clases.

   A partir de este momento, Urrego tuvo serios problemas para acceder al colegio, donde la rectora le mantuvo al margen de su educación. Ante esta situación, los padres del estudiante llevaron el caso ante la secretaria de Educación del departamento colombiano de Cundinamarca, Piedad Caballero, la cual afirmó que el colegio no dio la cara ante la situación.

   Tras el suicidio de Sergio Urrego, el colegio manifestó sentirse amenazado por la organización anarquista a la que pertenecía el joven, la Unión Libertaria Estudiantil.

   En una de las tres cartas que dejó el joven se despidió de su abuela, en la que escribió que "Nunca deseé morir antes que ella, pero esto ya no da más. En realidad pido unas muy sinceras disculpas por esto".