Actualizado 15/11/2017 08:49

La historia del 'Petiso Orejudo'

Cayetano Santos Godino
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   BUENOS AIRES, 31 Oct. (Notimérica) -

   El caso de Cayetano Santos Godino, conocido como 'Petiso Orejudo', permanece aún en el colectivo imaginario del pueblo argentino. Su historia se hizo famosa debido a que asesinó, torturó e incluso quemó a niños pequeños. Los registros policiales le catalogaron como el primer asesino en serie de la nación.

   Godino nació el 31 de octubre de 1896, hace hoy 121 años, en Buenos Aires (Argentina). Criado en el seno de una familia disfuncional y problemática, los maltratos de su padre le cambiaron. Se transformó en un chico rebelde y sin interés en nada, pero que escondía una mente perturbada que no tardó en salir a luz.

   En 1904, cuando tenía siete años, le propinó una paliza a un niño de tan solo dos años. Afortunadamente, el pequeño se salvó gracias a que un policía vio lo que estaba sucediendo y les llevó a comisaría. Esto no detuvo al 'Petiso Orejudo', nombrado así por su corta estatura y peculiares orejas, que volvió a atacar a esta vez a una niña de año y medio.

   Su primera víctima fue María Rosa Frace, de tres años, en 1906. Godino la intentó estrangular pero al ver que no moría la enterró viva, cubriéndola de tierra y latas que encontró por la zona. Tras descubrir varios cadáveres de animales en su habitación, su padre pidió que le arrestaran y metieran en un calabozo. Pese a que permaneció dos meses detenido, su actitud no cambió sino que empeoró.

   En 1908 intentó ahogar a Severino Gonzales pero fue pillado. La falta de pruebas y su corta edad le permitieron quedar impune. En esta misma fecha quemó los párpados de un recién nacido pero huyó de la escena del crimen. También fue sospechoso de iniciar varios incendios en la zona y de quemar a una niña de 5 años, que murió como consecuencia de las heridas.

   Fue enviado a un centro de menores en Buenos Aires que abandonó en 1912. Ese mismo año asesinó a Gesualdo Giordiano, su última victima. El joven llevó al pequeño a una fabrica abandonada y le estranguló con el cordel de su pantalón, pero ante la resistencia del niño se vio obligado a buscar otro arma: usó un clavo para perforar la sien de Giordiano.  

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Durante el velatorio, Godino se presentó para ver si le habían conseguido extraer el clavo. Sin embargo, al ver el cadáver se fue llorando. Los policías que estuvieron allí pensaron que el comportamiento del joven era extraño y decidieron interrogarle. El joven se declaró culpable del crimen y de todos los anteriores.

   El 'Petiso Orejudo' fue enviado a un centro hospitalario en Buenos Aires en 1915 pero tuvo que salir de allí debido a que agredió a varios pacientes. Se le condenó a ir a la Penitenciaria Nacional de la calle de Las Heras. En 1923 fue trasladado al Penal de Ushuaia --conocido como 'la Cárcel del Fin del Mundo'-- donde permaneció hasta su muerte el 15 de noviembre de 1944.