Actualizado 09/07/2009 18:39

Hu dice mantener estabilidad región china es crucial

Por Chris Buckley

URUMQI, China (Reuters/EP) - El presidente chino, Hu Jintao, quien se vio obligado a abandonar una cumbre del G8 en Italia por la violencia étnica en Xinjiang, dijo que mantener estabilidad social en la región rica en energía era la "tarea más urgente" del Gobierno, reportó el jueves la televisión estatal.

Hu describió los disturbios del domingo en la capital regional Urumqi, donde 156 personas murieron y 1.080 resultaron heridas el domingo cuando integrantes de la minoría musulmana uigur atacaron a la etnia china han, como un "serio crimen violento elaboradamente planificado y organizado por 'tres fuerzas' en casa y en el extranjero", una aparente referencia a extremistas religiosos, separatistas y terroristas.

Hu, quien también es jefe del Partido Comunista, dijo a avanzadas horas del miércoles al Politburó, el organismo que toma decisiones, que las autoridades locales deberían "aislar y asestar un golpe al pequeño grupo" de agitadores y "unir y educar a la mayoría" de los uigures.

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Qin Gang rechazó el llamado de Turquía para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas discuta formas de poner fin a la violencia, diciendo que Xinjiang era un asunto interno.

Miles de soldados chinos asumieron posiciones en las calles dañadas por los disturbios de Urumqi en una demostración de fuerza que apunta a sofocar la violencia étnica.

La televisión estatal mostró a Zhou Yongkang, el principal funcionario chino a cargo de la seguridad, y al ministro de Seguridad Pública Meng Jianzhu, revisando a tropas camufladas en Urumqi. Meng y Zhou fueron activos en las redadas a áreas tibetanas tras amplias manifestaciones allí el año pasado.

Pero algunos residentes están preocupados por cómo podrán volver a convivir ambos bandos.

Pekín no puede darse el lujo de perder el control en un vasto territorio en la región noroccidental que limita con Rusia, Mongolia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Pakistán, India y Afganistán, y que tiene abundantes reservas de petróleo y es la mayor región productora de gas natural del país.

"Esto podría continuar por unos pocos días, pero eventualmente el Gobierno debe usar la fuerza, no hay duda al respecto", dijo Bo Zhiyue, investigador de alto rango y experto en política de China del East Asian Institute de la National University de Singapur.

"Porqué si no usas la fuerza, la situación podría incrementarse como una bola de nieve. Podría salir fuera de control. Cualquier gobierno tendría que hacer algo al respecto", agregó.

La etnia han, que ha dicho sentirse amenazada desde la violencia desatada el domingo, celebró la exhibición de poder militar del jueves y sacó fotografías. Residentes uigures miraban con expresión de preocupación.

"Esto me asusta, y creo que es su objetivo", dijo una mujer uigur llamada Adila. "¿Qué podemos hacer contra tantos soldados?", agregó.

Las autoridades han puesto avisos donde instan a quienes participaron en los disturbios a entregarse o de lo contrario enfrentarán un castigo severo.

Li Zhi, jefe del Partido Comunista en Urumqi, dijo que buscará la pena de muerte para los manifestantes que recurrieron a "medios crueles" y asesinaron gente en la ciudad dividida entre uigures y han, el grupo étnico predominante del país.

¿ABRIRAN LAS MEZQUITAS?

No estaba claro si las mezquitas abrirán en Urumqi el viernes, el día musulmán para las oraciones. Permitir que las mezquitas abran podría crear un espacio para el descontento. Cerrarlas podría avivar el conflicto.

"La gente que viene a rezar debe irse a casa a hacerlo. Gracias por su cooperación", decía un anuncio en la puerta frontal de la mezquita Qinghai en el distrito Tianshan.

Durante largo tiempo Xinjiang ha sido un semillero fuertemente controlado de tensión étnica, fomentada por una brecha económica entre los uigures y los chinos han, el control del Gobierno a la religión y la cultura, y un flujo de inmigrantes que ahora residen mayoritariamente en Urumqi.

La fila de tropas, vehículos blindados y camiones que se extendía por kilómetros y emitía la propaganda pasó durante unos 25 minutos a través de Saimachang, el vecindario uigur donde cientos de mujeres protestaron el martes.

Varios helicópteros sobrevolaron apenas unos metros sobre los tejados arrojando panfletos sobre la multitud de cientos de personas que se reunían a ver el paso de las fuerzas de seguridad.

Tropas montadas en un camión con armas y escudos anti disturbios corearon frases al unísono y algunos de los vehículos tenían consignas en chino, una de las cuales decía "los separatistas traen calamidad al país y su gente".

Los mercados financieros no se han visto afectados por la violencia.

El Gobierno ha culpado por la matanza del domingo a uigures exiliados que buscan la independencia de la región, especialmente a Rebiya Kadeer, una activista que vive en el exilio en Estados Unidos. Kadeer ha negado esas acusaciones.