Actualizado 06/06/2008 12:34

Ibero.-Escritores latinoamericanos debaten en España la influencia de la realidad social en la literatura iberoamericana


MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -

Escritores iberoamericanos se reunieron hoy en Madrid para compartir sus visiones sobre la 'Realidad social de América Latina y su impacto sobre las letras', con motivo de la celebración de la Feria del Libro de Madrid.

El secretario general iberoamericano, Enrique V. Iglesias, indicó durante la presentación que la secretaría General Iberoamericana (SEGIB), además de preparar las cumbres anuales de jefes de Estado y de Gobierno de la región, considera una "necesidad" propiciar este tipo de encuentros "con representantes de la actividad literaria" latinoamericana ya que suponen una excelente forma de estrechar los vínculos culturales y sociales entre estos pueblos hermanos.

El periodista español Juan Cruz, que ejerció de moderador de la mesa de diálogo, consideró que denominar 'boom' a la literatura latinoamericana hace unas décadas sirvió para poder juzgar a estos autores y neutralizar ese fenómeno que en España se veía como una amenaza que "venía a arrasar con la literatura española de postguerra".

El escritor colombiano William Ospina manifestó que América Latina ha encontrado su voz y su lengua, en la que se puede "hablar con intimidad y pasión de lo propio". Hoy, añadió, los escritores latinoamericanos ya "no solo quieren hablar de ellos mismos" sino que también "hablar al universo". Asimismo, esperó que puesto que hoy no se "traducen" los textos escritos en el subcontinente americano al "español de Valladolid" pueda abrirse un "diálogo con España, que es un diálogo con la memoria, con el presente y con el futuro".

Por otra parte, el intelectual y embajador de Venezuela en España, Alfredo Toro Hardy, puso sobre la mesa un punto de reflexión que entrañaba un profundo análisis y crítica de la sociedad global al preguntarse si los intelectuales latinoamericanos se sitúan, a la hora de pensar, en "Bélgica o en La India".

En ese sentido explicó que Bélgica sería la vitalidad productiva e India, los problemas del sustrato social. Unos, dijo, "deliberadamente se sitúan en Bélgica" y otros, los que se identifican con India, "creen que deben empujar a superar las limitaciones de ese atraso, que parece inexorable en América Latina". Si bien, prosiguió en su explicación, se da otro tipo de intelectuales que son los "Kafkas de América Latina", es decir, los que no logran insertarse en ninguno de los dos lados puesto que pertenecen a ambos.

En su opinión, estimó que el intelectual de América Latina "debería situarse más en India que en Bélgica" al ser la insurgencia una característica vital del pensador.

El joven escritor brasileño Joao Pablo Cuenca afirmó que, en su caso, a la hora de escribir se siente influido por la violencia propia de la realidad social de su país, a pesar de no escribir sobre violencia, puesto que ésta le produce un verdadero "impacto".

Hoy "ninguna editorial española se plantea traducir las obras de los literatos de América Latina", dijo el peruano Alonso Cueto, quien calificó la literatura como "la sala de máquinas por la que la lengua se renueva". A pesar de que hay cosas distintas en los lenguajes de las dos orillas, las comunes "seguramente nos van a seguir integrando".

El autor boliviano Edmundo Paz Soldán, quien ha vivido décadas fuera de su país, estimó que personalmente lo que le da vivir en distintos lugares es "lo mejor para un escritor", ya que le provoca la "extrañeza" de ver todo de forma externa, por lo que cuando vuelve a Bolivia, "ahora hay cosas que se hacen extrañas".

Bolivia, dijo, vive actualmente un momento "histórico, dramático y traumático" puesto que en el país andino están saliendo "recelos que creíamos enterrados". En el país "no hay soluciones a las crisis sino salidas de la crisis", advirtió, lo cual le influye a la hora de escribir y pensar sobre la realidad de su país.

Para la colombiana Yolanda Reyes "escribir novelas es rellenar todos esos huecos entre la vida y la muerte" porque la literatura permite "el espacio de contar las cosas de otra manera".

El ministro de Cultura de Ecuador, Galo Mora, señaló que para él "uno de los problemas básicos es que en la letras hay unos que faltan y otros que sobran". Lamentó que los ecuatorianos no tengan una "visión profunda de cómo somos para conocernos". Además criticó que en general "la vida se va narrando demasiado tarde" y propuso que puesto que "hoy falta la narración de la nueva vida que queremos empezar", por ejemplo sobre las conmemoraciones del bicentenario, propuso dedicarse a ello "para que se queden las letras justas, aunque estas sean infinitas".

Durante su turno de intervención, el autor chileno Alejandro Zambra, en la treintena, subrayó que su generación "tiene una relación especialmente conflictiva porque crecimos en la dictadura".

El funcionario de Cultura del Gobierno de Panamá y escritor Anel Omar Rodríguez afirmó que la literatura en su país ha estado principalmente "influida por la realidad del pueblo" y la independencia del país y la supeditación posterior a Estados Unidos, por lo que se ha centrado en "la exclusión social, el racismo y la pobreza", elementos, señaló, que han marcado las letras panameñas.

Tras destacar a escritores como Eduardo Galeano, Manuel Orestes o José Martí, concluyó que "la narración de la literatura debe ser contestataria para que en un futuro no haya una Bélgica y una India".

Por último, el escritor mexicano Jorge Volpi, relató cómo desde que el vivió por primera vez en España en 1996, las cosas han cambiado en ambos lados del atlántico, lo que le supone una "perspectiva extraña de irse reconociendo en las dos partes y no identificarse con ninguna".

Recordó que en 1996 era difícil encontrar incluso restaurantes mexicanos en España, pero hoy tras los grandes flujos de migración de América Latina "es más fácil sentirse mexicano en España", donde sin embargo, advirtió, surgen "fenómenos de discriminación y violencia que antes no existían".