Actualizado 26/10/2007 17:01

Ibero-Implantar la política de fondos estructurales de la UE en Latinoamérica es una revolución posible, dicen analistas


MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -

El desarrollo económico y social de América Latina es posible a través de la aplicación adaptada del sistema de los fondos estructurales de cohesión de la Unión Europea, proceso en el que tendrán que implicarse además del bloque europeo, Estados Unidos y Canadá. Así lo indicaron los analistas y profesores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Juan de Dios y Rubén Darío Torres en un informe presentado hoy en Madrid.

La estrategia para una nueva relación de cohesión euroamericana, fue presentada previamente en un seminario celebrado en Buenos Aires (Argentina) durante el 1 y el 2 de octubre. 'Los fondos de cohesión como instrumento de cooperación al desarrollo en América Latina' propone alcanzar un acuerdo para comenzar con una ayuda equivalente al 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) global del subcontinente americano, es decir 22.154 millones de dólares anuales, unos 15.400 millones de euros, que se dirigirían a "la creación de un espacio supranacional de comercio y cooperación política en América", indicó De Dios.

El documento de análisis, se basa en la experiencia de éxito europeo, probada en España con "excelentes resultados" en materia de ayudas y fondos estructurales para la cohesión social dirigida a las áreas y los colectivos menos favorecidos. Esto exige una programación a medio plazo, compartida, que evite la improvisación, la unilateralidad, y adicionalidad de las inversiones, "sin sustituir los esfuerzos que efectúan los Estados", sino incrementándolos.

Según Izquierdo, el papel que deberán jugar Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea supondrá un esfuerzo --una vez que comprendan que les interesa incorporarse a un proyecto común--, puesto que exige aportaciones presupuestarias importantes que generarán un beneficio comercial y político. "La cohesión no es caridad, no va dirigida a lo social sino a aumentar la capacidad productiva de los países para aumentar su desarrollo", señaló.

"Esto generaría efectos revolucionarios en la lógica de la cohesión social y de la expansión de forma autónoma, una vez que se alcancen unos niveles altos de desarrollo", añadió.

Por su parte, Darío Torres consideró que el bloque del Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es "un laboratorio experimental" que supone la oportunidad de "competir sin traumas en el mercado trasnacional".

La cohesión, señaló, es un "ingrediente fundamental" que ocupará un lugar destacado" en las relaciones multilaterales y especialmente entre Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea con América Latina.

Los ponentes añadieron que los jefes de Estado y de Gobierno iberoamericanos podrán analizar la propuesta durante la próxima XVII Cumbre que se celebrará del 8 al 10 de noviembre en Santiago de Chile.

Izquierdo y Torres indicaron la oportunidad del momento actual para adoptar esta serie de medidas por varios motivos. En primer lugar es que la Unión Europea tiene comprobado y regulado el sistema, "tiene la experiencia y la eficacia". Además, "América Latina vive cambios estratégicos maravillosos" que se basan en regímenes democráticos con instituciones homogéneas y elecciones libres, por lo que "la evolución institucional es optimista".

En tercer lugar, se debe aprovechar la evolución económica, que según consideraron, "es muy positiva". Por último esperaron que el cuarto factor se logre si se produce un "cambio en la administración americana, lo que sería un factor de coyuntura que facilitaría la interlocución" y facilitaría la apertura de negociaciones en profundidad".

La implantación de la propuesta de 'Los fondos de cohesión como instrumento de cooperación al desarrollo en América Latina' en el que colaboraron la Fundación Alternativas y el Observatorio de Política Exterior, supondría pasar de una relación "de madre patria a la integración real entre América Latina y España", hecho que los analistas consideraron que sería "una auténtica revolución".

El paso a seguir pasa por establecer una comisión que profundice en "esta cantera de concreciones y ver la hoja de ruta para la implantación" de la iniciativa, que será llevada a las instituciones de la Unión Europea para su discusión.