Actualizado 22/06/2007 20:47

Iberoaméric.-Red de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas denuncia que están "en los peldaños sociales más bajos"

La organización estará presente en agosto en Quito en la X Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe


MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -

En América Latina y el Caribe viven 75 millones de mujeres negras, pero no suman siquiera 50 las que desempeñan altos cargos en la política o la Administración pública. Ser afrodescendiente "es estar en los peldaños más bajos de la escala social regional", según denuncia la nicaragüense Dorotea Wilson, coordinadora de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora (www.mujeresafro.org).

"La desigualdad e inequidad están a la vista: tenemos pocos o nulos espacios en los lugares donde se toman las decisiones. Nuestra situación es una de las peores", señaló Wilson en una reciente entrevista a la prensa.

Ser pobres, mujeres y negras --dice-- "nos obliga a realizar un esfuerzo enorme contra la discriminación y la xenofobia", explica Wilson, ex alcaldesa y ex legisladora en Nicaragua además de líder de la organización no gubernamental 'Voces del Caribe'.

La coordinadora de la Red, que reúne a grupos de 33 países, fue entrevistada por teléfono desde Panamá, donde participó los pasados 18 y 19 de junio, junto a otras 30 personas, en el Encuentro Intergeneracional de Mujeres Afrodescendientes de América Latina, bajo el auspicio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Las participantes en esta reunión presentarán una postura unitaria en la X Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, que se realizará en Quito, Ecuador, entre los próximos 6 y 9 de agosto, por iniciativa de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) de Naciones Unidas.

En Quito, uno de los temas centrales será la situación del trabajo doméstico femenino. La mitad de las mujeres que se ocupa en ese sector trabaja más de 48 horas semanales, sin salarios adecuados ni acceso a seguridad social, según datos de la CEPA, que recuerda que, además, "millones de trabajadoras domésticas no reciben siquiera un pago". Gran parte de esa fuerza laboral está compuesta por mujeres indígenas y afrodescendientes.

DISCRIMINACION RACIAL Y SEXUAL

Según datos apuntados por Wilson, la raza y la condición femenina funciona como un "anclaje" a la pobreza. En Brasil, por ejemplo, el 71 por ciento de las mujeres negras trabajan en el sector informal, una proporción mayor que los hombres negros (65 por ciento), las mujeres blancas (61 por ciento) y los hombres blancos (48 por ciento).

También en Brasil, la población blanca es 2,5 veces más rica que la negra. En Colombia, el 80 por ciento de los afrodescendientes viven en la pobreza extrema, y en Cuba, el único país americano con un sistema económico socialista, habitan en las peores viviendas y tienen los trabajos peor pagados.

"Ser negro es muy difícil en nuestra región, y más si eres mujer, lo sé porque yo misma he debido enfrentar vejaciones degradantes en muchos momentos", expresó Wilson, originaria de Puerto Cabezas, una región autónoma del Atlántico Norte nicaragüense, con nueve hermanos e hija de un minero y una ama de casas.

En 1975, siendo una religiosa misionera, Wilson ingresó en las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), de ideología izquierdista, y luego pasó a las acciones armadas contra la dictadura de Anastasio Somoza.

En 1979, derrocado el dictador, Wilson se convirtió en la primera alcaldesa de Puerto Cabezas y luego fue diputada ante la Asamblea Nacional legislativa, por la Costa Caribe. Sigue siendo integrante del FSLN que, tras perder el gobierno en las elecciones de 1990, lo recuperó en los comicios de fines de 2006, en los que resultó elegido el presidente Daniel Ortega.