LA HABANA (Reuters/EP) - La Iglesia Católica en Cuba rechazó el viernes que el asesinato de dos sacerdotes en cinco meses haya sido motivado por odio a los sacerdotes o a los españoles y afirmó que esos hechos no representan el sentimiento del país.
El cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, también agradeció al Gobierno comunista cubano la "premura" para esclarecer los hechos, luego de que el jueves fue capturado el presunto asesino.
Ortega pronunció una homilía en el funeral del padre Mariano Arroyo Merino, de origen español y de 74 años, que fue asesinado el lunes en una habitación de la parroquia donde trabajaba en el barrio de Regla, en las afueras de La Habana.
"Hay preguntas insidiosas que algún comentarista se atrevió a hacer, buscándole una significación antirreligiosa y aún antiespañola, con matices políticos al asesinato del padre Arroyo", dijo Ortega ante unos 1.000 feligreses que se dieron cita en la catedral de La Habana.
En febrero pasado, otro sacerdote español, Eduardo de la Fuente Serrano, de 61 años, fue encontrado muerto junto a un camino al oeste de La Habana.
"¡Por Dios! No es odio a los sacerdotes por su condición de tales, ni odio a los españoles. No se juzgan los sentimientos de un pueblo a partir de la actuación de unos delincuentes, vulgares criminales de la peor especie que, desgraciadamente, existen en todas partes", agregó el Arzobispo de La Habana.
La jerarquía católica de la isla confirmó el jueves la captura de los presuntos asesinos y los cómplices en ambos crímenes.
Ante el féretro del padre Arroyo, Ortega elogió el trabajo de la policía de la isla, que calificó de "minucioso y cualificado".
"Agradecemos a los servicios policiales su premura y eficiencia", dijo el cardenal Ortega.
Hasta el momento, la prensa estatal de la isla no ha publicado información alguna sobre ambos crímenes. Muchos en La Habana desconocían sobre el asesinato de los sacerdotes.
"Nosotros no acostumbramos a divulgar este tipo de noticias en Cuba para no dañar la imagen de las familias. Las investigaciones siguen", dijo Carlos Samper, vicejefe de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del gobernante Partido Comunista a periodistas, al concluir la misa.
Samper, único funcionario gubernamental que asistió a la misa del padre Arroyo, dijo que ambos sacerdotes eran amigos y aclaró que los dos hechos "no tienen nada que ver con ninguna cuestión religiosa, ni una guerra religiosa, ni mucho menos de una significación política".
El cadáver del sacerdote Arroyo será trasladado el viernes en la noche a España, dijo la Iglesia Católica.