Publicado 11/07/2016 14:59

Invertir en las adolescentes, el reto para Iberoamérica en el Día Mundial de la Población

Madre e hijo
UNFPA/PRISCILLA MORA FLORES

   MADRID, 11 Jul. (Notimérica) -

   En 1989 el Consejo de Gobierno del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) recomendó a la comunidad internacional conmemorar cada 11 de julio el Día Mundial de la Población y que éste fuera una oportunidad para centrar la atención en todos los temas relacionados con ella. Este año, la ONU ha elegido el lema 'Invertir en las adolescentes' para conmemorar a aquellas jóvenes en situaciones de riesgo a las que se exponen en todo el mundo.

   Cuando una adolescente queda embarazada o tiene un hijo, su salud, educación y potencial de obtener ingresos están en riesgo, por lo que tiene mayor probabilidad de tener una vida sumida en la pobreza y exclusión. Sin embargo, cuando se les da a conocer sus derechos y se les brinda los medios para triunfar "se convierten en agentes de cambio positivo en sus comunidades", según el PNUD.

   En el caso de América Latina y el Caribe, se estima que existe una población de 140 millones de jóvenes, de la cual el 18 por ciento de todos los nacimientos corresponden a mujeres menores de 20 años, lo que implica que es la región con la segunda tasa más alta de embarazos jóvenes del mundo, tal y como recoge en un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) para América Latina y el Caribe. Además, es la única región del mundo en la que la tasa de fecundidad entre adolescentes sigue creciendo en las últimas tres décadas.

   "Los líderes y las comunidades deben centrarse y defender los derechos humanos de las adolescentes más marginadas, en particular de aquellas que son pobres, que no van a la escuela, que son explotadas o sufren prácticas tradicionales dañinas, incluido el matrimonio infantil", declaró el director ejecutivo del UNFPA, Babatunde Osotimehin.

   Osotimehin señaló en un comunicado publicado en la página de Naciones Unidas que "las adolescentes marginadas corren el riesgo de tener una salud reproductiva deficiente y muy probablemente se convertirán en madres mientras siguen siendo niñas aún" y además apuntó que "ellas tienen derecho a entender y controlar su propio cuerpo y moldear sus propias vidas".

   Por otro lado, la mortalidad materna en América Latina y el Caribe se ubica entre las tres primeras causas de muerte en las adolescentes entre 15 y 19 años y las que son menores de esa edad, el riesgo de morir por causas relacionadas con el embarazo es tres veces mayor que en mujeres de 20 años. El número anual de abortos inseguros entre las adolescentes alcanza un numero de 670.000.

   Muchas de ellas llegaron a esta situación por desconocimiento de las cuestiones básicas sobre sexualidad y las posibles repercusiones de sus actos. A día de hoy, tanto en el entorno familiar como en la escuela, la educación sexual y los métodos de prevención siguen siendo un tema tabú en gran parte de Iberoamérica.

   Además, el miedo a ser rechazada por la familia y amigos hace que muchas de estas jóvenes se avergüencen de su embarazo cuando en ocasiones han sido víctimas de acoso y de abusos sexuales, lo que empeora su situación y las aísla socialmente.

   El embarazo de niñas y adolescentes continúa siendo una expresión clara violencia sexual contra las mujeres, ejercida desde muy temprana edad y tolerada culturalmente. En el caso de Costa Rica, aproximadamente 14.000 niñas quedan embarazadas anualmente.

   Nicaragua es el país iberoamericano con mayor porcentaje de embarazos adolescentes, una de cada cinco mujeres embarazadas es adolescente lo que supone un 19,9 por ciento. Le sigue República Domicana con un 19,7 por ciento y Ecuador con un 17 por ciento.

   En el caso de Argentina, el 24,2 por ciento de las jóvenes tienen hijos y en México el 31,2 por ciento de las chicas de 15 a 19 años son activas sexualmente y más de la mitad de ellas han estado embarazadas, lo que le convierte en el país de la OCDE con más embarazos tempranos.

EL DESAFÍO IBEROAMERICANO

   Desde la UNFPA se reconoce a las adolescentes y jóvenes como sujeto de derecho sin distinciones de ninguna condición y permitiendo una concepción de integralidad y no discriminación e igualdad social. Además, se promueve que las niñas adolescentes hay que apoyarlas en la toma de decisiones sobre su vida, incluida su salud sexual y reproductiva.

   Igualmente, las niñas tienen que "empoderarse de su futuro" pero para ello es necesario ofrecerles oportunidades reales para que puedan ver que la maternidad no es su único destino, ya que la mayoría de los embarazos adolescentes no responden a una decisión de la mujer y no eran buscados o deseados en ese momento.

   Para Iberoamérica, el embarazo adolescente constituye uno de los desafíos más importantes en lo que se refiere a salud sexual y reproductiva, en las que la violencia, las barreras al acceso de servicios, la ausencia de información y deficiencia de programas de educación contribuyen directamente a desarollar este problema.

   Para ello desde la UNFPA concentraron los esfuerzos en la visibilización y acciones relacionadas con la problemática del embarazo en adolescentes y es así que desarrollaron programas que permiten a las jóvenes controlar su vida sexual y reproductiva.

   Dentro de estas actividades llevadas a cabo por la institución destaca el acceso a servicios e información incluyendo anticonceptivos modernos y limitar el matrimonio antes de los 18 años de edad. Además, trabaja en conjunto con los gobiernos en la región para que incluyan dentro de sus presupuestos y políticas la inversión en juventud.