Actualizado 25/01/2019 21:51

Los jet privados y el mundo del fútbol, ¿capricho o necesidad?

The inside of a luxury Jetstar private jet, built in the seventies and retaining
REUTERS / REBECCA NADEN - Archivo

   MADRID, 25 Ene. (Notimérica) -

   Tras la polémica generada por la fotografía publicada en Instagram por Cristiano Ronaldo en su jet privado coincidiendo con la desaparición del futbolista argentino Emiliano Sala, quien viajaba en una avioneta de características similares cuando esta fue deslocalizada en el Canal de la Mancha, ha resurgido la reflexión acerca de este medio de transporte.

   Cada vez más futbolistas y personalidades del mundo del deporte, y la sociedad adinerada en general, adquieren aeronaves y pequeños jets privados para poder desplazarse cuando y donde quieran con todos los lujos que deseen. Pero, ¿son necesarios realmente?

   En el mundo del fútbol, los agentes de los equipos más pudientes de las grandes ligas los utilizan para hacer posibles los fichajes de muchos jugadores. "El jet privado es la mejor manera de asegurar los enlaces entre ciudades. Es muy útil sobre todo en casos de traspasos de última hora en que el tiempo se agota en los mercados de transferencias", argumentaba el agente Yvan Le Mee.

   Su compañero de profesión, Stéphane Courbis, le daba la razón: "Funciona bien para hacer citas que, a veces, tienen que llevarse a cabo en lugares remotos porque los presidentes o los propios jugadores están de vacaciones durante el verano".

   Además de Ronaldo, Leo Messi, Neymar o Karim Benzema, entre otros, se suman a la lista de jugadores en posesión de un jet privado en el que invertir sus millonarias fortunas, lo cual puede resultar paradójico siendo algunos abanderados de la solidaridad a través de ONGs y fundaciones.

   La fiebre por los jets privados ya no solo afecta a políticos o empresarios de muchos países por motivos de seguridad y agenda, sino que se extiende a cada vez más sectores contagiados por esta moda.

   Cantantes como Celine Dion o Julio Iglesias, actores como Harrison Ford o Tom Cruise, e incluso presentadores de televisión, como Oprah Winfrey, son dueños de algunos de los aviones más ostentosos. Fenómeno ante el cual podría plantearse el límite del lujo, el capricho y la necesidad.

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