Actualizado 24/07/2013 03:40

El arzobispo de Río a los jóvenes: "Sois la esperanza para una sociedad que busca solución a su crisis de valores"


RÍO DE JANEIRO, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta, ha indicado a los cientos de miles de jóvenes presentes en la Misa de Apertura de la Jornada Mundial de la Juventud (JM), que se ha celebrado este martes en la playa de Copacabana, que son "la esperanza para una sociedad que espera que su crisis de valores tenga una solución".

En este sentido, ha llamado a los jóvenes a "contagiar" a todos con "la alegría y la paz" de Cristo que es "siempre actual, sobre todo para los que buscan la verdad, la justicia y la paz", a transmitir su palabra "de un modo accesible y comprensible", y a comprometerse para crear "un mundo nuevo, a la luz del plan de Dios". Además, nada más comenzar la misa, ha pedido por los jóvenes sin familia y por aquellos que sufren por su fe.

La JMJ, según ha precisado, se enmarca en el Año de la Fe que invita a "vivir profundamente la fe en medio de un tiempo plural y de tantos cuestionamientos", en este "cambio de época", aunque eso sí, "con entusiasmo y coherencia".

En esta línea, les ha advertido de que hay "muchas barreras e injusticias que superar" y les ha instado a "construir puentes en lugar de muros y obstáculos" para así poder despertar "la confianza y la esperanza" en el mundo.

Esta semana, según ha añadido Tempesta, Río de Janeiro se convierte en "el centro de la Iglesia, viva y joven" y acoge "con gran responsabilidad" la elección de Benedicto XVI, hoy Papa Emérito, de la sede para la celebración de la XXVIII JMJ, que anunció en Madrid, en agosto de 2011. "Le agradecemos su elección, sus orientaciones, el tema de la JMJ y su aliento", ha remarcado.

En cuanto al lema de la Jornada --'Id y haced discípulos a los pueblos'--, el arzobispo de Río ha apuntado que la playa y el mar en el que se encuentran recuerda los barcos abandonados en la playa por aquellos que fueron llamados por Jesús para seguirlo. Y, en este sentido, ha subrayado que el camino misionero exige "discernimiento, utopía, sueño" pero también "auxilio de alguien que esté al lado, que ayude a la persona a reconocer la voz de Dios".