Por Sophie Hardach
PARIS (Reuters/EP) - Christian Lacroix presentó el martes en París lo que podría ser su último desfile de alta costura, mostrando una colección en donde predominó el negro.
El desfile fue organizado con la ayuda de amigos y artistas que trabajaron gratis.
Desde que la firma de alta costura comenzó a estar bajo la protección de sus acreedores hace más de un mes, la pequeña comunidad de diseñadores, clientes y artistas han especulado sobre lo que significaría para el ámbito de la moda más exclusivo del mundo.
Mientras que Giorgio Armani y Chanel desafiaban la tensa atmósfera con opulencia resplandeciente, Lacroix se vio obligada a economizar en telas y materiales, poniendo todas sus destrezas en crear una colección reducida.
"Fue como una fuegos artificiales, a pesar de que era negra", comentó la modelo y musa Ines de la Fressange tras el show realizado junto al Louvre y rodeado por personalidades de la moda que llevaban insignias con la leyenda "Christian Lacroix por siempre".
Como muchos otros, ella se mostró preocupada por el efecto de los problemas de Lacroix sobre las "mujeres menudas": la agonizante variedad de artistas cuyas destrezas hacen especial a la alta moda parisina.
"Esta bien por Lacroix, es su talento y va a conservarlo (...) (pero) es una lástima por todas las personas que han estado trabajando para él, especialmente gente que hace bordados, plumas. En París aún existen", explicó a los reporteros.
La firma, comprada en el 2005 por el grupo Falic, ahora está luchando para encontrar un comprador.
Grandes firmas de alta costura como Armani y Chanel han sido capaces de sostener sus unidades de alta costura con confecciones más rentables, accesorios y perfumes.
Chanel utilizó referencias a un perfume como telón de fondo de uno de sus desfiles, apostando por velos, capas y colas, mientras que Armani mantuvo una apuesta por vestidos ostentosos.