Actualizado 28/04/2018 14:10

¿Cómo llegaron indígenas sudamericanos a la Polinesia?

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   LIMA, 28 Abr. (Notimérica) -

   ¿Qué podría llevar a un biólogo a construir una balsa con sus propias manos y lanzarla al mar para cruzar el Océano Pacífico desde Sudamérica hasta la Polinesia? Sin duda, un desmesurado deseo de aventura que no conocía el miedo.

   "A veces nos encontramos en situaciones raras, sin saber cómo. Nos metemos en ellas paso a paso y del modo más natural, hasta que de súbito, cuando estamos ya enzarzados, el corazón nos da un vuelco y nos preguntamos cómo diablos pudo ocurrir aquello". Así narró la historia de su viaje el noruego Thor Heyerdahl en su libro 'La expedición de la Kon-Tiki'.

   'Pasión' sería la palabra correcta para describir al explorador noruego nacido en 1914, ya que su vida estaba envuelta en la obsesión por descubrir y conocer la cultura e historia de Polinesia. Basándose en pocas pruebas, Heyerdahl sostuvo que pobladores procedentes de Sudamérica podrían haber llegado hasta la Polinesia ya en tiempos precolombinos.

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   ¿Cuál fue la locura de Heyerdhal? Intentar demostrar con hechos la posibilidad de que el poblamiento de la Polinesia se hubiese llevado a cabo por vía marítima desde América del Sur en balsas movidas únicamente por las mareas, las corrientes y la fuerza del viento, en dirección este-oeste, a lo largo de Ecuador.

   Aunque pareciera una idea descabellada, tanto el noruego como su tripulación, compuesta por cinco expertos más, emprendieron un viaje que hoy día es recordado como una de las mayores aventuras del siglo. El grupo pretendía demostrar que aquellos que afirmaban que no se podía cruzar el Pacífico en una balsa de madera estaban equivocados.

   Todos ellos se desplazaron a Perú y fabricaron con sus propias manos una balsa a base de troncos, plantas y materiales selváticos, queriendo imitar a la misma con la que supuestamente lo habrían conseguido sus antecesores. A esta embarcación la llamaron 'Kon Tiki' debido al dios solar de los incas.

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   Sin miedo en el cuerpo, los tripulantes se lanzaron al mar un día como hoy de 1947 y recorrieron durante 101 días casi 7.000 kilómetros a través del Pacífico hasta llegar a un arrecife en el atolón de Raroia, islas Tuamotu, el 7 de agosto.

   Esta "descabellada" idea finalmente acabó con un "fueron felices y comieron perdices". Es decir, todos sanos y salvos y con el orgullo de haber conseguido lo que nadie se imaginaba. Aunque durante la travesía tuvieron que sortear numerosos obstáculos no previstos al comienzo de su viaje: tiburones, tormentas, hambre y cansancio.

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   Lo mejor de todo es que esta increíble, pero real historia, fue grabada por los propios tripulantes, que años más tarde publicaron en un documental 'Kon-Tiki' el cual, sin ir más lejos, logró un premio Oscar al mejor documental en 1951. El artífice de este viaje, Heyerdahl, murió en 2002 dejando un lema de vida: "¿Fronteras?, nunca he visto una. Pero he oído que existen en las mentes de algunas personas".