Actualizado 07/06/2015 14:40

Luz verde a la construcción de la última catedral de Niemeyer en Río de Janeiro

Nova Catedral de Niemeyer
Foto: ARCHIDIÓCESIS DE NITERÓI

RÍO DE JANEIRO, 7 Jun. (Notimérica) -

   El genial arquitecto Oscar Niemeyer murió en diciembre de 2012 a los 104 años, pero su legado continúa vivo: el ateo que construyó más edificios religiosos tenía guardado un as en la manga; la nueva catedral de Nitéroi, un proyecto que tras muchos años dormido en un cajón finalmente verá la luz junto a la bahía de Guanabara, mirando a Río de Janeiro.

   Famoso por su célebre catedral de Brasilia -donde construyó otros ocho edificios religiosos_Niemeyer recibió en 1991 de manos del arzobispo de Niterói, Carlos Alberto Navarro, un importante encargo; la construcción de una nueva "catedral metropolitana" dedicada a san Juan Bautista.

   La muerte del arzobispo y los cambios en la Archidiócesis aparcaron el proyecto, que ahora ha resurgido gracias a las aportaciones privadas de los fieles, que tendrán que reunir los 40 millones de reales (13 millones de dólares) que costarán las obras, según ha explicado a Notimérica uno de los responsables del proyecto, Michael Sales.

   Sales reconoce que el impacto de Niemeyer será fuerte a nivel turístico, pero remarca que el templo tiene una finalidad principalmente religiosa -"no es un capricho"_ porque las actuales instalaciones se han quedado pequeñas. La nueva iglesia podrá albergar 5.000 personas en su interior, pero también tendrá un espacio al aire libre con el triple de capacidad.

   Con las formas curvas de sus paredes de hormigón blanco y una gran cruz en el centro, la catedral doblará en altura al Cristo Redentor de la vecina Río de Janeiro y tendrá todo lo necesario para los miles de visitantes que se esperan: librería, cafetería, aparcamiento y hasta tienda de recuerdos. Está previsto que se termine en 2017.

   De hecho, los principales atractivos turísticos de Niterói ya llevan la firma de Niemeyer, como el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), famoso por su forma de platillo volante, o el teatro popular y el memorial, que comparten espacio en una gran explanada junto al mar, justo donde ahora también se alzará la catedral.

   La Iglesia Católica está perdiendo fieles en América Latina, y en Brasil en particular, debido a la pujanza de las nuevas iglesias evangélicas, pero Sales descarta que la construcción de la nueva catedral tenga que ver con una estrategia de autoafirmación o de márketing.

   En la visita que el Papa Francisco realizó a Río de Janeiro en 2013 con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) un 57% de los brasileños se declaraban católicos, cuando apenas unos años antes, durante la visita de Benedicto XVI en 2007, el porcentaje era del 64%, según datos del instituto de opinión Datafolha.

   "La iglesia católica nunca disminuyó de tamaño, yo nunca la he visto tan llena como hoy", comenta Sales, que tampoco quiere darle más relevancia al hecho de que el nuevo símbolo religioso de Nitéroi sea de autoría de un ateo y comunista confeso como Niemeyer: "La Iglesia es como una madre, no hace distinción entre sus hijos".