Actualizado 11/09/2016 12:35

Matar o morir: la guerra contra el narcotráfico por soldados mexicanos

Matar o morir: la guerra contra el narcotráfico por soldados mexicanos
REUTERS 

   CIUDAD DE MÉXICO, 11 Sep. (Notimérica) -

   "Mátenlos, que no quede nada vivo, ustedes mátenlos, yo los pago". Estas son las palabras con las que soldados bajo anonimato explicaron en una entrevista por el sitio web 'Cadena de Mando' sobre cómo eran las órdenes que recibían de sus mandos cuando luchaban contra el narcotráfico en México.

   Seis soldados mexicanos, de entre ellos cinco con proceso penal por homicidio, revelaron a un equipo de periodistas las órdenes, en ocasiones ilegales, que les mandaban sus superiores.

   Todos los soldados, que participaron en enfrentamientos que provocaron víctimas civiles, fueron entrevistados y declararon bajo anonimato. Dichas entrevistas fueron recopiladas y narradas en 'Cadena de Mando', lanzado recientemente por la organización 'Periodistas a Pie', creada en México en 2007 para buscar la dimensión social de sucesos noticiosos y "ponerle rostro humano a la noticia".

   El sitio web ofrece cifras que informan que, desde hace una década, en México han muerto 150.000 personas, 280.000 fueron desplazadas y 30.000 desaparecieron.

   "'Cadena de Mando' se acerca a la realidad de otras formas más allá desde el discurso oficial que los soldados son para erradicar a los grupos delincuentes", explicaba a 'RT' uno de los periodistas encargados de la investigación Pablo Ferrí, quien revela que faltaba esa aproximación periodística tras investigar el perfil de las víctimas de los últimos 10 años en el país.

El testimonio de un soldado identificado como 'Javier' relataba que "cuando estás en un enfrentamiento sudas, entras en un shock de ¿qué va a pasar? ¿voy a morir aquí?. Algunos compañeros los ves llorando, otros repeliendo, otros defendiéndose, otros diciendo 'órale cabrón ¿piensas morir aquí?'. En tu cabeza solo pasa si vas a morir o no. En ese momento, un segundo, unos segundos, te acuerdas de que tienes familia y pones en juego todo lo que tienes y como todos, de que lloren en tu casa, pues que lloren en la de él, lamentablemente".

   Javier ingresó a las fuerzas armadas apenas cumplió la mayoría de edad. Sin embargo, no quería ser soldado, sino arquitecto, pero la urgencia de mantener a la familia lo llevó a buscar espacio en el Ejército.

   Este soldado mexicano que enfrenta un proceso penal por un homicidio cometido por su convoy en Tamaulipas muestra el pensamiento de un hombre que salió de los cuarteles y, sin entrenamiento policial, comenzó a patrullar las calles.

   "Nunca tuve en mi vida un sueño... Nunca me sentí comprometido aquí, era un trabajo más. Antes había trabajado en el comercio, con mi familia. En algún momento, ya adentro, tuve expectativa de ser soldado, estudiar aquí y tener una carrera. Yo no me metí aquí para morir ni para matar, yo no me metí aquí para superarme, para ser un orgullo a la familia... y mira.." lamentaba Javier.

   También fueron entrevistados otros soldados que como Javier participaron en acciones contra la delincuencia organizada y se vieron involucrados en homicidios.

   Otro soldado identificado como 'Jose', quien ingresó a las fuerzas armadas en 2003 cuando tenía 18 años, contó una historia semejante a la de su compañero Javier ya que su reclutamiento para el Ejército se produjo por la posibilidad de tener un ingreso fijo, además de para poder salir de casa.

   El soldado explicaba como les decían "van a salir a patrullar, van a salir, quiero chamba, quiero que metan resultados, la pinche delincuencia debe quedar erradicada, los sicarios, los traidores a la patria. [...] Erradiquen jóvenes, erradiquen a todos los pinches traidores de la patria". "Ellos a ustedes no se la van a perdonar [...]".

   Jose explica que la palabra "traidores" era la forma de nombrar a los exmilitares que dejaron las filas de las fuerzas armadas para sumarse al cártel 'Los Zetas'.

   Lo que el soldado relató sucedió en 2005 cuando salía a patrullar las calles de Nuevo Laredo, Tamaulipas, donde estuvo destacamentado durante un año y 15 días. En ese entonces esta ciudad era la más violenta del país con un récord de 250 asesinatos por año.

   En ese momento, la llamada "guerra contra el narco" no había sido declarada, pero los soldados ya patrullaban en las calles de Nuevo Laredo y estaban al frente de operativos policiales.

   "El mando se aprovecha de que tú como elemento andas en la calle, de que si te tumbaron a un compañero ya tienes rencor en contra del crimen. Entonces el mando te dice 'no hay pedo, mátenlos, que no quede nada vivo, ustedes mátenlos, yo los pago'. Haciendo memoria en el Ejército sí me tocó recibir esa orden, que no queden vivos, los muertos no hablan. Esa era la norma número uno, los muertos no hablan, los muertos no declaran. Ah pero cuando todo sale mal, que se chinguen las escalas básicas, que se chingue la tropa. El mando se lava las manos", agregó Jose.

   El testimonio de otro soldado identificado como 'Ramiro', de 31 años y que también ingresó al Ejército a los 18 contaba cómo cuando patrullaba por las calles de Nuevo León de rutina terminaron en un "enfrentamiento".

   El soldado recordaba cómo esa noche antes de salir el capitán al mando les dio "luz verde" para "accionar". Ramiro explicaba que "luz verde significa que te dan libertad de hacer lo que tú quieras, sin pedir permiso o autorización".

   "Ahí uno usa el criterio, tienes familia, mejor que lloren allá a que lloren en tu casa. En una situación de riesgo, con tu vida en peligro, es lógico, si tengo con qué defenderme claro que lo voy a hacer, más si son personas que hacen mal a la población", relataba Ramiro.

   Según la directora del programa para México de WOLA, Maureen Meyer, "si hay una investigación de un soldado responsable, se queda en el soldado implicado. Hay que investigar la cadena de mando, la disciplina militar, preocupa porque es dejar toda la responsabilidad al soldado y no a sus superiores que podrían estar emitiendo órdenes ilegales o simplemente permitiéndolas.

   De acuerdo con la investigación de 'Periodistas a Pie', los soldados deben obediencia absoluta al Código de Justicia Militar, ya que si no las obedecen, pueden ir a la cárcel.

INVESTIGACIÓN ABIERTA

   Según un análisis sobre los enfrentamientos, el 94 por ciento de las autoridades militares intentaron evadir su responsabilidad en 18 casos de agresiones. Además, el Ejército alteró escenas del crimen, a veces sembrando armas, en otras exhumando cuerpos de víctimas.

   Asimismo, explica que agresiones del Ejército, como el asesinato de un niño en la comunidad indígena náhua de Santa María Ostula en julio de 2015, no aparecen en los informes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH).

   Al final del reportaje, el profesor en el College of Staten Island & The Graduate Center/City University of New York (CUNY), Oswaldo Zavala, asegura que "Cadena de mando registra una guerra, implacable, brutal, continua, pero desde instituciones del Estado en contra de sectores de la sociedad civil, con frecuencia los más vulnerables, los desprotegidos, los marginales, a quienes se les siembran armas, se les acusa de ser 'narcos', se les victimiza, en fin, una segunda vez después del asesinato".

   Finalmente Ferri admite que su investigación sigue abierta y que continuarán con ella: "Seguimos sin saber quiénes son los soldados".