Actualizado 30/01/2015 20:40

El medio ambiente, una víctima más del conflicto colombiano

'Realismo Mágico' Colombia
Foto: PROCOLOMBIA

BOGOTÁ, 30 Ene. (Colprensa/Notimérica) -

   La contaminación hecha por la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en Putumayo, es una de las acciones derivadas de las confrontaciones entre los grupos armados ilegales y las fuerzas del Estado, que terminan con afectaciones al medio ambiente, y en algunas ocasiones, se convierten en percances irreparables y de alto coste para el país.

   Al campesino Manuel Torres, nunca se le olvidará el día 10 de mayo de 2014, cuando salió de su parcela a buscar agua para sus animales y se encontró con una situación "horrenda". La fuente de agua cercana a su finca era un lago negro, espeso, y sobre este, vestidos con una costa negra, nadaban los peces del estanque.

   No era la primera vez que las FARC detenían los camiones cisterna que pasan por la vía cercana a su casa. Los detienen, abren sus válvulas y derraman el crudo sorbe la carretera, lagos, charcas y ríos, causando un daño ambienta que según expertos, tardarían más de 20 o 30 años en solucionarse.

   "Eso pasa mucho. Cuando los del monte quieren hacer daño, simplemente hacen parar los carros y le dicen a la gente que derramen el petróleo. Ellos piensan que el hacen daño al país, pero realmente nos hacen daño a nosotros", enfatiza el campesino.

   En aquella ocasión, el frente 48 de las FARC, apoyado por el frente 15, derramaron 5.019 barriles de crudo y causaron una emergencia ambiental en Putumayo que hoy, ocho meses después, sigue con los rezagos de los daños causados.

MÉTODOS DE GUERRA

  El Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), registró en su informe sobre el conflicto armado, 'Basta Ya', los métodos de guerra en los que los actores ilegales han incurrido, y van desde la voladura de oleoductos hasta la contaminación de acueductos, tala indiscriminada, la extracción de minerales o la alteración del cauce de los ríos, entre otras.

   "Estas acciones, sumadas a los cambios abruptos que impusieron en los usos de las tierras y los ríos, al igual que en las actividades agrícolas, han generado daños ambientales gravísimos y aún no calculados. Tierras erosionadas por el abandono o uso inadecuado, fuentes de agua contaminadas por efecto del derrame de hidrocarburos, especies de fauna y flora extinguidas o en riesgo de extinción y reservas naturales invadidas, son algunos de los impactos que la guerra ha causado en el medio ambiente", dice el informe.

   En el contexto en el que se desarrollan las confrontaciones en Colombia, explica el analista del conflicto armado, Juan Carlos Ortega, los ataques no van específicamente contra los recursos naturales, sin embargo, estos los padecen de manera indirecta.

   "Por ejemplo, cuando las guerrillas vuelan los oleoductos, el ataque no va contra la naturaleza sino contra las petroleras, pero resultan afectados los pastos y pantanos por el derrame de crudo. No obstante, los daños producidos alteran los ecosistemas de las regiones donde se producen los atentados y derrames".

   Pero el daño causado por el derrame de hidrocarburos en los territorios es una acción que contamina los suelos y, como explica el Ingeniero Forestal, Biólogo, y director del grupo de investigación de cambio climático del Jardín Botánico de Medellín, Esteban Álvarez, se pierde toda la biota del suelo "que es lo que determinan los procesos de materia orgánica y de generación de nutrientes para las plantas. Quitarle el petróleo a un suelo es prácticamente imposible, son zonas que se tienen que abandonar, queda inservible para la producción de alimentos o la generación del bosque nativo o de las zonas".

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   Si el crudo regado en la tierra causa un daño irreversible, en el agua el deterioro no es menor. El experto indica que los combustibles aíslan la superficie de los ríos o lagos de la atmósfera y no hay intercambio de oxígeno, "y crean un ambiente que no es apto para la vida. Una de las grandes consecuencias cuando hay derrames sobre el agua es la mortalidad. Lo más visible son los peces pero los microorganismos que sostienen la vida en los ecosistemas como el plancton, zooplancton y fitoplancton desaparecen".

NARCOTRÁFICO Y CULTIVOS DE USO ILÍCITO

   Uno de los factores que más daño ha causado en el medio ambiente,  que se ha convertido en la principal fuente de financiación para el conflicto armado son los cultivos de uso ilícito y el narcotráfico.

   El director del grupo de investigación de cambio climático del Jardín Botánico de Medellín, Esteban Álvarez, asevera que en la deforestación causada por los grupos ilegales para la construcción de laboratorios y la siembre de la hoja de coca, es causa determinante en el daño ambiental en Colombia.

   A ese factor se le añade las fumigaciones. Para el experto, la utilización de esas sustancias químicas, afectan no solo a los cultivos de uso ilícito, "sino también los cultivos de los humanos, y para la diversidad que hay en los bosques y en las zonas donde fumigan, esos venenos pueden producir las muertes de aves, pequeños mamíferos, la muerte de muchos insectos que son benéficos para los cultivos".

   Además, las fumigaciones han traído a los campesinos enfermedades, desplazamientos, contaminación de fuentes de agua y escasez de alimentos. "En nuestro territorio siempre ha habido agua ahora escasea porque el bosque está seco, porque la fumigación ha acabado con los bosques. Acá siempre hemos vivido de la caza, y ahora es muy difícil porque han muerto animales y los pocos que quedan se mueren o se van".

   El problema de los cultivos de uso ilícito que benefician a los grupos ilegales se ha extendido a regiones declaradas áreas protegidas como los Parques Naturales.

MINAS ANTIPERSONAS

   Si bien el uso de las minas antipersonas no causan gran contaminación ambiental, sus consecuencias son el abandono del territorio y la baja posibilidad de producir la tierra.

   El director de la Campaña Colombiana contra las Minas, Álvaro Jiménez, ve en este tema el deterioro de las calidades productivas de la tierra, de las posibilidades de generación de oxígeno por los árboles, el deterioro de la calidad o de la posibilidad de presencia y permanencia de las aguas.

   En Colombia, según el Programa de Acción Integral contra las Minas, Paicma, se han registrado 11.006 víctimas de estos artefactos explosivos, lo que según Jiménez, ese el verdadero daño en las personas pues causa "el deterioro de la calidad de vida, la posibilidad de producir y la imposibilidad de acceder a fuentes de agua".

   Para evitar precisamente el daño ambiental, y en esa misma vía a las comunidades, los artículos 35 y 55 del I Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra (junio de 1977), prohíben "el empleo de métodos o medios de hacer la guerra que hayan sido concebidos para causar, o de los que quepa prever que causen, daños extensos, duraderos y graves al medio ambiente natural".

   A pesar de la norma, este compromiso en Colombia es poco acatado por los grupos armados ilegales que con sus acciones han causado daños irreparables al medio ambiente durante años .