OAXACA, 19 Jun. (EP/AP) -
Grupos de profesores y activistas retomaron ayer las protestas en la ciudad mexicana de Oaxaca e instalaron un campamento en su plaza central, ocho meses después de que la Policía federal expulsara a los manifestantes que colocaron barricadas en el lugar, en uno de los más violentos episodios políticos de los últimos años.
Cerca de 1.500 manifestantes recorrieron la plaza y levantaron su campamento para exigir la liberación de presos políticos, pero también para pedir la dimisión del gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, por su gestión de lo sucedido. A diferencia de lo sucedido en 2006, cuando se produjeron graves altercados durante los cuales murieron doce personas, en esta ocasión no se registraron incidentes graves.
Por su parte, Ruiz se ha negado a ceder a la petición de los manifestantes de que dimita, por considerar que el gobernador empleó la fuerza excesiva durante el fracasado operativo policial del 14 de junio de 2006, que desató los actos en su contra.
El conflicto del pasado año se gestó durante una huelga de profesores que casi cumplió en año en mayo del 2006 y que se tornó violenta durante la acción policial.
Cerca de una docena de personas murieron en el conflicto, en su mayoría manifestantes atacados por hombres armados, y entre ellos el periodista y activista neoyorquino Bradley Roland Will, de 36 años, abatido mientras grababa un enfrentamiento entre manifestantes y hombres con armas.
Poco después de la muerte de Will, el 27 de octubre de 2006, el entonces presidente Vicente Fox envió a los soldados federales para expulsar a los manifestantes del centro de la ciudad.