Actualizado 23/07/2007 14:22

México.- SEACEX inaugura el miércoles en México 'Paradigmas de la palabra' sobre las primeras gramáticas indígenas


MEXICO DF, 23 Jul. (EUROPA PRESS) -

Organizada por el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec, en la Ciudad de México, y la Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior de España (SEACEX), se inaugurará el próximo 25 de julio la exposición 'Paradigmas de la Palabra. Gramáticas indígenas de los siglos XVI, XVII, XVIII', que se podrá visitar hasta el 14 de octubre.

'Paradigmas de la Palabra' ofrece una visión panorámica de un género muy particular, el del conocimiento de los idiomas indígenas que se divulgaron en España y en América durante los siglos XVI al XVIII. Como segunda intención, subyace la de ensalzar el quehacer gramatical, empapado del espíritu humanístico y el amor por el estudio de las lenguas.

La exposición está compuesta por una importante selección de obras, entre originales y facsímiles, procedentes de varias instituciones españolas y mexicanas. Junto a la imprescindible Gramática de Nebrija de 1492, será posible contemplar algunas ediciones príncipe de las primeras imprentas americanas, bellas ilustraciones indígenas y renacentistas, códices virreinales, manuscritos y ejemplares de caracteres barrocos y góticos, además de lienzos, cajoneras, escribanías, tinteros, una réplica decimonónica de la primera imprenta americana (siglo XVI), una cátedra del siglo XVIII, un fascistol del siglo XIX y cerámica precolombina.

LA UNIDAD DENTRO DE LA DIVERSIDAD

El esfuerzo lingüístico de peninsulares y americanos es, desde el siglo XVI, una constante histórica en la que prevalece la búsqueda de la unidad dentro de la diversidad. Así como ahora los académicos de ambos lados del Atlántico buscan impulsar la unidad de la lengua española dentro de la complejidad de nuestro universo lingüístico, ya durante el virreinato los evangelizadores se esmeraron en fijar paradigmas para el buen uso de las innumerables lenguas que existían en el Continente.

Estas raíces mestizas e integradoras deben considerarse a la hora de buscar un mejor entendimiento afectivo, cultural y comercial. Sin lugar a dudas, la base del conocimiento es la comunicación y el medio que la favorece es fundamentalmente la lengua, "la casa del alma". El estudio de las lenguas de los habitantes de América ha sido desde el siglo XVI objetivo de investigación y aprecio de los científicos europeos y criollos.

Por ello, la gran abundancia de estudios gramaticales y lingüísticos americanos, aunque poco conocida y valorada, es abrumadora en calidad y cantidad. Es obvio que tanto la conquista como la evangelización requerían el conocimiento "del otro" a través de su lengua, y también es evidente que los europeos estudiaron las lenguas indígenas como medio de comunicación para la dominación geográfica, económica, espiritual y cultural.

No obstante, resulta importante señalar el hecho de que frailes y misioneros, humanistas y gobernantes, llevaran en sus mochilas la gramática salmantina y que, una vez en contacto con los habitantes de América, se dispusieran no solamente a comunicarse con signos gestuales o a aprender sus lenguas, sino que se interesaran en estudiar la estructura de cada idioma, aplicando el patrón nebrijense, lo que desmonta los esquemas que atribuyen conductas animadas exclusivamente por el espíritu colonizador.

Los frailes no se contentaron con hablar las lenguas para convertir infieles, sino que las estudiaron para conocer las singularidades y visión del mundo de los indígenas. Se deleitaron en utilizarlas como vehículo de expresión de su vocación literaria y llegaron incluso a escribir sonetos en lengua indígena (por ejemplo los sonetos en lengua chibcha de Fray Bernardo de Lugo, publicados junto con su gramática en 1619). Conviene también recordar la premura de la Corona española en crear cátedras de las llamadas lenguas generales en las capitales de los virreinatos antes de que acabara el siglo XVI.

La singularidad de esta exposición, radica en que centra su atención en las lenguas habladas en el norte, centro y sur del actual territorio mexicano, para lo cual exhibe una larga lista de vocabularios, diccionarios y otros documentos relacionados con un proyecto intelectual y político que floreció entre los siglos XVI y XVIII, pero que es una historia viva hasta el presente.

Toda la muestra va encaminada a vertebrar el esfuerzo misionero por estudiar la diversidad lingüística americana y el empeño de las academias de la lengua por unificar una lengua compartida por más de cuatrocientos millones de personas, aunque siempre respetando las particularidades. Se trata también de estimular el estudio de las lenguas indígenas ya emprendido por numerosas instituciones americanas.