Actualizado 17/07/2016 14:29

La mutilación genital femenina, una realidad oculta en Colombia

Niña de la población indígena embera
WIKIPEDIA

   BOGOTÁ, 17 Jul. (Notimérica) -

   Colombia es el único país en Iberoamérica donde se practica la mutilación genital femenina --conocida como MGF--, en las comunidades indígenas y donde líderes locales, instituciones nacionales y organismos internacionales se están uniendo para denunciar esta violación contra los derechos humanos.

   Más de 125 millones de niñas y mujeres han sido sometidas de alguna forma a la mutilación genital femenina y más de tres millones están en riesgo de padecer alguna intervención similar, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

   Esta práctica afecta a la salud y puede causar la muerte de las niñas durante la mutilación del clítoris. Precisamente, en el año 2007 salió a la luz el caso de la muerte de dos niñas indígenas recién nacidas por infección tras realizar la extracción.

   A raíz de esto, en el 2012 se logró la suspensión de este tipo de prácticas a través de la declaración pública de las autoridades indígenas de Embera --el tercer pueblo indígena más grande de Colombia, con más de 250.000 miembros repartidos en un área muy extensa-- a través del Consejo Regional Indígena de Risaralda y con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

   Además, desde las instituciones se comprometieron a trabajar en procesos de difusión interna de esta decisión, de formar a las mujeres para que conozcan sus derechos y los de sus hijas, a las parteras para que renuncien a realizar la práctica y de fortalecer la medicina tradicional y apoyar el liderazgo de las mujeres.

   A pesar de que estos compromisos siguen vigentes, las intervenciones se han limitado a dos de los 164 territorios indígenas, por lo que "necesita ser incorporada en su totalidad a todos los territorios y ser extensiva al resto de pueblos, no solo al Embera", según UNFPA, y además se requiere que "el país destine mayores recursos para fortalecer el compromiso".

   La representante adjunta del UNFPA en Colombia, Lucy Wartenberg, señaló que desde la organización tienen información de prácticas similares en las comunidades indígenas de Panamá y en comunidades afrodescendientes de la zona del Pacífico, al oeste de Colombia, tal y como recoge el diario 'El Colombiano'.

   Wartenberg añadió que "se desconoce cuándo se empezó a mutilar a las niñas embera y si es una práctica propia de ese pueblo o si la 'aprendieron' de los africanos llegados a América como esclavos" pero en cualquier caso Wartenberg señaló que los embera la consideran parte de su cultura, aunque es 'un tema privado'". En ocasiones, los hombres desconocen esta práctica ya que es realizada en la intimidad por las madres después de parir.

UNA PRÁCTICA DOLOROSA

   La Mutilación Genital consiste en cortar parte de los genitales de las niñas, el cual no aporta ningún beneficio a la salud de las mujeres y niñas, sino que la perjudica con la extirpación y daño del tejido genital femenino normal y sano, además de que interfiere con la función natural del organismo femenino, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

   Entre sus complicaciones inmediatas se encuentran el dolor intenso, hemorragias, tétanos, retención de orina, llagas abiertas en la región genital y lesiones de los tejidos genitales vecinos.

   A largo plazo, el organismo apunta que este hábito puede desencadenar en infecciones vesicales y urinarias recurrentes, quistes, esterilidad, aumento del riesgo de complicaciones del parto y muerte del recién nacido y/o la madre, además del daño emocional que perdura en su vida.

LOS RETOS INTERNACIONALES DE COLOMBIA

   Desde la Organización Nacional Indígena de Colombia afirmaron que en el país "se plantean grandes retos como la eliminación en su totalidad de la mutilación genital femenina antes de 2030", según un comunicado publicado el pasado febrero en su página web.

   Colombia no solo se enfrenta al desafío de eliminar la mutilación genital, sino de terminar con todas las prácticas nocivas para las mujeres; como el matrimonio infantil, precoz y forzado, la violencia sexual y el embarazo de jóvenes menores de 14 años. "Todas estas prácticas refuerzan la discriminación hacia las mujeres y las niñas y generan graves afectaciones a su vida y salud, perpetuando este ciclo en detrimento del desarrollo de la humanidad", aseguraron desde la organización.