Actualizado 16/03/2012 03:21

'Palidejo' será juzgado en Guatemala por la muerte de Facundo Cabral

CIUDAD DE GUATEMALA, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El supuesto narcotraficante costarricense Fernando Alejandro Jiménez, alias 'Palidejo', será juzgado en Guatemala como autor intelectual del asesinato del cantautor argentino Facundo Cabral, que murió en medio de un tiroteo el pasado mes de julio en el país centroamericano.

   La jueza del Quinto Juzgado de Instancia Penal Claudia González ha acusado formalmente a 'Palidejo' de los delitos de asesinato, asesinato en grado de tentativa y asociación ilícita y ha ordenado su ingreso en prisión preventiva.

   A partir de este momento, la Fiscalía tiene un plazo de tres meses para ampliar la investigación y presentar nuevas pruebas contra González, antes de que se celebre la próxima audiencia sobre el caso, prevista para el próximo 2 de junio.

   La audiencia de este jueves se ha celebrado en medio de fuertes medidas de seguridad y ha comenzado dos horas después de lo previsto para que la defensa pudiera leer el expediente del caso. Como se había anunciado, 'Palidejo' no ha declarado.

   'Palidejo' llegó ayer a Ciudad de Guatemala procedente de Bogotá. La Fuerza Naval de Colombia le detuvo el pasado martes cuando intentaba llegar con una lancha a las costas del municipio de Bahía Solano, en el departamento de Chocó (noreste). La dos personas que viajaban con él también fueron detenidas.

   Según las autoridades guatemaltecas, que se basan en las declaraciones de un testigo protegido, 'Palidejo' pagó a unos sicarios para que asesinaran al empresario nicaragüense Henry Fariñas Fonseca, con quien había mantenido una discusión.

   Los sicarios atacaron a Fariñas cuando trasladaba al aeropuerto a Cabral, a quien había contratado para que realizara varias actuaciones en Guatemala. El cantautor murió en medio del fuego cruzado.

   'Palidejo' es la tercera persona detenida por estos hechos. Otras dos personas, consideradas autores materiales, fueron detenidas días después del crimen debido a que sus rostros habían quedado grabados en unas cámaras de seguridad.