Actualizado 29/06/2013 19:29

El Papa aboga por el crecimiento del Sínodo de los Obispos en la Iglesia

El Papa Francisco
REUTERS


ROMA, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Papa ha abogado este sábado durante la celebración de la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo por el crecimiento del Sínodo de los Obispos en la Iglesia católica como símbolo de "la diversidad y la unidad" del Pueblo de Dios.

Francisco ha presidido un acto en la Basílica de San Pedro en el que ha impuesto como viene siendo tradicional el palio arzobispal a 35 nuevos obispos.

Cada año, los arzobispos nombrados en las sedes metropolitanas reciben del Papa el palio, una particular insignia litúrgica, signo de comunión con el Obispo de Roma. Esta insignia, consiste es una estrecha estola de lana blanca, adornada con seis cruces de seda negra que se lleva ceñida al cuello.

En su intervención, el Santo Padre ha resaltado que la presencia de los obispos demuestra la comunión de la Iglesia "no significa uniformidad". "Este colegio, en cuanto compuesto de muchos, expresa la diversidad y la unidad del Pueblo de Dios", ha señalado.

En esta misma línea, ha instado a los presentes a "estar unidos en las diferencias", ya que considera que "no hay otro camino católico para unirse". "La variedad en la Iglesia, que es una gran riqueza, se funde siempre en la armonía de la unidad, como un gran mosaico en el que las teselas se juntan para formar el único gran diseño de Dios. Y esto debe impulsar a superar siempre cualquier conflicto que hiere el cuerpo de la Iglesia", ha apuntado.

Asimismo, ha recordado a los nuevos arzobispos y obispos que "todos tienen la misma tarea: dejarse consumir por el Evangelio, de no ahorrar, de salir de sí al servicio del santo pueblo fiel de Dios, exponiéndose en primera persona".

LOS PALIOS

La bendición de los palios se lleva a cabo por el Papa en las primeras vísperas de la solemnidad de San Pedro y San Pablo. Posteriormente, se guardan en un cofre situado en la 'Confesión' de la Basílica vaticana, junto a la tumba del Apóstol Pedro, para ser impuestos al día siguiente a los arzobispos.

El signo del palio expresa el principio fundamental de comunión entre el Colegio episcopal al servicio de la Iglesia de Roma y de su Obispo y recuerda que esta comunión es orgánica y jerárquica. Además, el rito del palio pone de relieve la catolicidad de la Iglesia, que ha sido enviada para anunciar el Evangelio a todas las naciones y para servir a la humanidad entera.