Publicado 27/05/2019 12:11

El papa arremete contra países que fabrican armas pero "luego no quieren hacerse cargo de los refugiados"

Pope leads general audience
Alessia Giuliani

   ROMA, 27 May. (EUROPA PRESS) -

   El papa ha arremetido contra los países que fabrican armas pero "luego no quieren hacerse cargo de los refugiados" de las guerras al tiempo que ha lamentado un mundo "cada día más elitista y cruel con los excluidos".

   "Las guerras afectan sólo a algunas regiones del mundo; sin embargo, la fabricación de armas y su venta se lleva a cabo en otras regiones, que luego no quieren hacerse cargo de los refugiados que dichos conflictos generan", ha declarado el Pontífice.

   Francisco ha hecho estas consideraciones en su mensaje para la próxima Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se celebrará el domingo 29 de septiembre de 2019, bajo el lema "No se trata solo de migrantes" y que ha sido publicado por el Vaticano de forma anticipada.

   Con este tema, el papa quiere subrayar que sus reiterados llamamientos a favor de los migrantes y refugiados, de los desplazados y de las víctimas de trata deben ser comprendidos al interior de su profunda preocupación por todos los habitantes de las periferias existenciales.

   El Pontífice también ha criticado que los países en vías de desarrollo "siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados". Así, ha asegurado que "quienes padecen las consecuencias son siempre los pequeños, los pobres, los más vulnerables, a quienes se les impide sentarse a la mesa y se les deja sólo las migajas del banquete".

   Así ha expuesto que el "desarrollo exclusivista hace que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres", en tanto que ha reivindicado un "auténtico desarrollo" que pretenda "incluir a todos los hombres y mujeres del mundo, promoviendo su crecimiento integral, y preocupándose también por las generaciones futuras".

   Bajo esta óptica el Papa ha reclamado una Iglesia "en salida" que sabe tomar la iniciativa "sin miedo", salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a los cruces de los caminos para "invitar a los excluidos".

   "Jesucristo nos pide que no cedamos a la lógica del mundo, que justifica el abusar de los demás para lograr nuestro beneficio personal o el de nuestro grupo: ¡primero yo y luego los demás! En cambio, el verdadero lema del cristiano es "¡primero los últimos!", ha sentenciado.

RACISTAS

   Asimismo, el obispo de Roma ha evidenciado que cuando las dudas y los miedos "condicionan" la forma de pensar, pueden llegar convertir a las personas "en seres intolerantes, cerrados y quizás, sin darnos cuenta, incluso racistas".

   "El miedo nos priva así del deseo y de la capacidad de encuentro con el otro, con aquel que es diferente; nos priva de una oportunidad de encuentro con el Señor", ha añadido.

   De este modo, ha explicado que el "espíritu individualista" es terreno "fértil" para que madure el "sentido de indiferencia" hacia el prójimo, que lleva a tratarlo como puro "objeto de compraventa", que induce a "desinteresarse" de la humanidad de los demás y termina por hacer que las personas sean "pusilánimes y cínicas".

   "¿Acaso no son estas las actitudes que frecuentemente asumimos frente a los pobres, los marginados o los últimos de la sociedad?", se ha preguntado.

   "¡Y cuántos últimos hay en nuestras sociedades! Entre estos, pienso sobre todo en los migrantes, con la carga de dificultades y sufrimientos que deben soportar cada día en la búsqueda, a veces desesperada, de un lugar donde poder vivir en paz y con dignidad", ha remachado.

   El papa ha recordado también que en la actualidad son muchos los "inocentes" que han sido víctimas del "gran engaño" del desarrollo tecnológico y consumista sin límites" y que emprenden un viaje hacia un "paraíso que inexorablemente traiciona sus expectativas".

   "Su presencia, a veces incómoda, contribuye a disipar los mitos de un progreso reservado a unos pocos, pero construido sobre la explotación de muchos", ha manifestado. Por ello, ha invitado a los católicos a ayudar a los otros y a ver en el "emigrante y en el refugiado no sólo un problema que debe ser afrontado, sino un hermano y una hermana que deben ser acogidos, respetados y amados".

   Finalmente, ha instado a ver a los migrantes como instrumentos para leer los "signos de los tiempo". "A través de ellos, el Señor nos llama a una conversión, a liberarnos de los exclusivismos, de la indiferencia y de la cultura del descarte. A través de ellos, el Señor nos invita a volver a apropiarnos de nuestra vida cristiana en su totalidad y a contribuir, cada uno según su propia vocación, a la construcción de un mundo que responda cada vez más al plan de Dios", ha concluido.